David McCloskey

Traductor: Jofre Homedes Beutnagel

Editorial: Salamandra

Año de publicación original: 2021

Ahora que Siria está en todos los informativos, ahora que se llenan páginas y páginas de periódicos hablando de la caída del régimen dictatorial de Bashar al-Ásad, viene bien darse cuenta de que, muchas veces, nadie puede darte mejor contexto para entender la realidad que la ficción.

David McCloskey ha trabajado como analista en diferentes estaciones de campo de la CIA en Oriente Medio

Y es que la primera novela de David McCloskey es mucho más útil que todos los libros de texto juntos para entender qué ha pasado, qué está pasando y qué puede pasar a partir de ahora en Siria. Porque a pesar de que los personajes principales y la trama que les mueve hayan salido de la cabeza de este autor que ha revolucionado el género, el mundo en el que se mueven y las instituciones que representan, son extremadamente reales.

No en vano McCloskey ha trabajado como analista para la CIA. Con un máster en política energética y Oriente Medio por la Johns Hopkins School for Advanced Studies, ha trabajado en estaciones de campo de la agencia de inteligencia estadounidense por toda esa zona, Damasco incluida.

La realidad siria, reflejada

La novela se engloba en los primeros años de la guerra civil que ha asolado Siria durante más de una década. Cuando, inspirados por las diferentes primaveras árabes que derrocaron gobiernos en Túnez, Libia o Egipto, los ciudadanos sirios salieron a la calle para protestar por las condiciones de vida que el gobierno absolutista de la familia al-Ásad había impuesto en el país desde 1971.

La represión militar del gobierno aumenta la popularidad de la oposición y diferentes grupos armados empiezan una guerra para tratar de derrocar a Bashar al-Ásad. En medio de ese clima de crispación y conflicto, Operación Damasco cuenta la historia de una agente de la inteligencia estadounidense interceptada y detenida mientras trataba de sacar del país a un informador.

Sam Joseph, compañero y amigo de una agente de la CIA detenida en Damasco, hará lo que sea para liberarla

Sam Joseph, compañero y amigo de la agente detenida en Damasco, hará todo lo que esté en su mano para liberarla, lo que incluye viajar a París donde tratará de captar a Mariam Haddad, una trabajadora del Palacio Presidencial, tan inteligente como escéptica con las políticas de Bashar al-Ásad.

Entre los dos recorrerán las calles de Damasco para tratar de dar con la espía apresada, poniendo en riesgo sus vidas y haciendo que el lector lea con el alma en un puño página tras página.

Y la situación de Siria en ese caótico momento, con diferentes fuerzas actuando enfrentadas, donde el lujo de los dirigentes, tanto del país como de los diferentes grupos rebeldes, contrasta con las necesidades de la gente de la calle y donde nadie se fía de nadie y cualquier te puede traicionar si la recompensa merece la pena o pone a salvo a sus familiares, está perfectamente reflejada.

La novela de espías definitiva

Porque si algo tiene esta novela es tensión y pulso narrativo. Sin largas reflexiones ni personajes demasiado profundos, la acción toma el mando de la narración desde la primera página y, como si fuera un taxi desquiciado, lleva al lector a toda velocidad a lo largo de las más de 500 páginas del libro a través de torturas, traiciones, miedos y trucosde espías para escapar de encerronas inevitables.

Leer 'Estación Damasco' es convertirse por un rato en un espía internacional jugándose la vida en territorio hostil

La experiencia de McCloskey en la agencia de inteligencia por antonomasia en el mundo de los espías (que me perdone el MI6) se pone de manifiesto en la descripción de unos procedimientos que desconozco si son reales, pero sin duda que son muy realistas. Leer Estación Damasco es convertirse por un rato en un espía internacional jugándose la vida en territorio francamente hostil.

Si John LeCarré convirtió el género en clásico y Terry Hayes lo sublimó con Soy Pilgrim, McCloskey lo ha dotado de una actualidad y lo ha colocado en pleno siglo XXI, con los avances tecnológicos futuristas que eso supone y con la certeza de que nada (o muy muy poco) se le escapa a las grandes agencias de inteligencia a lo largo y ancho del mundo.

No es moco de pavo que el exdirector de la CIA, David Petraeus, diga de Estación Damasco que es le mejor novela de espías que ha leído nunca, como reza un entrecomillado en la cubierta de la novela. Porque, aunque no haya leído más que esta, al menos quiere decir que lo que ha encontrado en las páginas del libro de McCloskey es digno del trabajo que se hace en la agencia.

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