Sonia Dalton
Editorial: Mr. Griffin
Año de publicación original: 2024
Cipriano Rolando es una estrella del fútbol. Nacido en Portugal, jugó para Sporting de Lisboa, Manchester United, Real Madrid y Juventus de Turín. Con esas señas ya se pueden imaginar de quién se trata. Pues bien, su madre, Dolores (prefiere que le llamen Loles), es la protagonista de esta historia y tiene un problema que, como diría el filósofo de Santiago de Compostela, A Coruña, España, don Mariano Rajoy Brey, no es cosa menor, o dicho de otro modo: es cosa mayor.
Loles, como todo buen narrador omnisciente, lo sabe todo de todos
Loles Leiría (seudónimo que adquirió la susodicha tras una conversación con su psicoterapeuta (y también primo): "A usted, doña Loles, le iría bien buscarse un seudónimo y escribir todo lo que sabe") sufre de omnisciencia narrativa. Es decir que, como buen narrador omnisciente, lo sabe todo de todos y solo tiene que querer contar qué pasa por las cabezas de las personas en las que piensa para poder conocer su interior.
Eso, que puede ser muy útil para con sus nueras (Irene Samoyedo y Jurgina), madres de sus adorados nietos, le lleva por la calle de la amargura porque no sabe muy bien cómo gestionarlo, o si ese don/suplicio debe llevar consigo un camino en el arduo mundo de la narrativa que la aleje del control que ejerce sobre su hijo y sus cosas. Aplazar la vida mundana y abrazar la literatura escondida tras el nickname de Loles Leiría Bem.
El desenfreno
Así, entre charlas en universidades de prestigio como la Universidad de Iowa en Iowa City, Iowa, o correspondencia con lingüistas y filósofos de diferentes orientaciones y tiempos, Loles avanza por un inclasificable mundo repleto de personajes andantes y corrientes. Y lo mismo se enfrenta al intelecto de Noam Chomsky que, a su vez, le da su aburrida visión de qué es la omnisciencia a Pierre Littbarski, mediapunta alemán campeón del mundo de Italia 90.
Loles Leiría vive un desaforado amor con el filósofo y escritor surcoreano Byung-Chul Han. Porque en este libro todo vale
Ibai Llanos, Carmen Mola, Mario Vargas Llosa, Sam Mendes, Cochita Velasco... los rostros conocidos que se pasean por Ovnisciencia son infinitos. Pero lo mejor de todo es que están vistos desde los ojos de una mujer mayor portuguesa, de Madeira, madre de un futbolista profesional, capaz de confundir a Franco Battiato con Batistuta, o a Celia Villalobos con una concursante de Masterchef.
Y el lector se deja llevar por esa narradora omnisciente que todo lo sabe menos su propio destino, que viaja a lomos del absurdo por las corrientes más tiránicas de la lingüística y la narrativa y que vive un desaforado amor con el filósofo y escritor surcoreano Byung-Chul Han. Porque en este libro todo vale. Y todo tiene sentido. Incluso lo que jamás nadie pudo haber imaginado antes.
¿Quién es Sonia Dalton?
Sonia Dalton da clase en el Master de Rescritura Creativa de la Universidad Virtual Europea. Sonia Dalton es un personaje, ni siquiera secundario, terciario o peor, en esta misma novela. Sonia Dalton es la escritora definitiva y no existe en realidad. Es una y son varios escritores, analistas, críticos literarios. Sus voces se multiplican hasta confundirse y nadie sabe muy bien de dónde salen. Y por eso esta obra se antoja imprescindible.
Hacen falta libros como Ovnisciencia. Textos imprevisibles que nunca sabes por dónde te van a salir y en los que darle la vuelta a la página es como hacer puenting o tirarse en paracaídas: actividades de riesgo que siempre aportan algo nuevo, que le dan color a nuestras vidas y que nos hacen disfrutar de la vida/literatura como lo que son: el todo y la nada.
La reflexión que guarda 'Ovnisciencia' es un disparate de esos que te hacen pensar
Porque seamos sinceros, la literatura no es más que una manera sencilla de entretenerse, de enredarse en historias que ni nos van ni nos vienen pero que calman nuestro corazón. Y este libro hace eso precisamente: entretenernos, divertirnos, sacarnos de nuestra aburrida existencia, llevarnos de la mano por una realidad paralela donde todo es posible y todo está conectado.
Pero tampoco somos idiotas. Y sabemos también que la literatura lo es todo: en sus palabras esconde la verdad absoluta del universo y la reflexión que guarda Ovnisciencia es un disparate de esos que te hacen pensar... De los que te dicen, oye, amigo, que la vida depende solo de quién la cuenta y de cómo la cuenta. Que si queremos aprovechar nuestra existencia tendremos que imponernos como narradores de nuestros días. Omniscientes, por supuesto. Y que pase después lo que tenga que pasar.