Alina Not
Editorial: Crossbooks
Año de publicación original: 2024
Hay decisiones trascendentales en la vida de cada uno que nos han quitado (y nos quitarán) el sueño. Son momentos en los que la cabeza es un hervidero. Parece que nos fuera a estallar porque todo nuestro futuro, nuestro bienestar, depende de una elección. El camino que dejamos, ese que no elegimos, quedará como un eterno "y si..." que, si no tenemos las cosas claras, nos martirizará porque no podremos evitar pensar en qué hubiese pasado de haber tomado otra decisión.
Chris, un chico cualquiera, fue el encargado de trastocarlo todo y de contradecir el destino de la protagonista
Este mar de dudas es ahora mismo Beth, la protagonista de Yo, en ningún destino. A Beth ya la conocemos de la novela anterior: Tú, por pura casualidad. Os ponemos rápidamente en antecedentes. Beth sufrió un accidente de coche que casi acaba con su vida. Durante un instante de esa tragedia vio su destino. Ella iba a enamorarse perdidamente de un chico. No sabía su nombre pero sí sabía como era su cara y cuáles eran sus pasiones y sus anhelos de una forma tan nítida como si lo conociese de toda la vida.
Tras el accidente a Beth le tocó reaprenderlo todo: andar, hablar y también a aceptar que ese destino podía no cumplirse. Y en ese proceso conoció a Chris, un chico cualquiera que fue el encargado de trastocarlo todo y de contradecir el destino de la protagonista. Los dos acabaron enamorándose perdidamente. Y en eso están ahora pero...
El destino tiene nombre: Ben
El destino es caprichoso. Justo cuando Beth y Chris mejor estaban, cuando ella paseaba por la vida feliz por haber podido acceder al plan de estudios que siempre había querido, un día cualquiera, en un grupo de teatro al que Beth había empezado a ir... ¡zas!, el destino se hizo realidad.
Aquel chico que vio durante el trance de su accidente aparece en el mismo grupo de teatro. Su nombre es Ben y, como a ella, le apasiona la interpretación. Sin haberle visto nunca ella es capaz de reconocer cada átomo de su ser. Conoce su rostro, sus manos e incluso su olor.
Justo cuando Beth y Chris mejor estaban, aparece Ben. El chico con el que ella soñó durante su accidente
Ahora tiene que debatirse entre hacer lo que quiere, y lo que en ese momento le hace feliz que es estar con Chris o volver a la senda de aquel destino que estuvo persiguiendo desde que sufrió el accidente. Ahí tiene a Ben, al alcance de su mano pero, ¿realmente el destino está escrito o lo construimos nosotros a través de nuestros anhelos?
Y, por cierto, Chris y Ben no lo van a tener tampoco nada fácil. El primero porque teme que la chica que le ha hecho sentir como nadie le había hecho sentir nunca puede alejarse de él. En el caso de Ben, bueno, lo de Ben es mejor que lo descubráis por vosotros mismos.
Esta es una de las especialidades de Alina Not. Mantener enganchado al lector con este tipo de giros en historias intensas, llenas de emociones puras con una prosa directa que no se anda con rodeos y de la que, su público fiel, no puede huir con facilidad.
Efecto mariposa
La autora menciona el concepto del efecto mariposa varias veces a lo largo de esta novela. Imagino que os suena el concepto. Tiene que ver con la teoría del caos. Viene a decir que un detalle insignificante puede cambiar el destino de todas las cosas. El ejemplo siempre es el mismo. El aleteo de una pequeña mariposa puede desencadenar un huracán al otro lado del mundo. Es decir. Dentro de una vida, un simple detalle podría cambiarla por completo.
En el caso de la trilogía que nos ocupa y que se inició con Tú, por pura casualidad, ese efecto lo produce el personaje de Chris. A raíz de aquí, las decisiones de Beth van cambiando la historia que tenía marcada, dando al traste con su destino y convirtiendo su vida en un (amoroso) caos.
Alina Not mantiene enganchado al lector con este tipo de giros en historias muy intensas
Por eso es tan estimulante la llegada de Ben. No solo por el evidente triángulo amoroso que hará que nos tiremos de los pelos hasta saber a quién elegirá (si es que Beth es capaz de elegir a uno de los dos). Estimula porque a la vuelta de tuerca de la anterior novela, le introduce en este otra vueltecita más.
Ben era el destino de Beth, pero ahora resulta que su llegada desencadenará un nuevo efecto mariposa. Sin él, el destino de ella estaba claro: acabar con Chris. Ahora, no se sabe lo que pasará. ¿Un huracán de emociones? Eso está casi garantizado.