Andrew Morton

Traductor: Fernando Garí

Editorial: Libros Cúpula

Año de publicación original: 1992

De Diana de Gales, hoy, creemos saberlo todo. Mucha de esa responsabilidad recae en este libro que salió allá por 1992. Fue una bomba atómica que destruyó aquella imagen sobre una vida y una familia que muchos creían estar tocada por las hadas y que, en realidad, era poco menos que un infierno.

Diana, el libro que lanzó al estrellato a Andrew Morton, contaba (casi novelizaba) las bambalinas de aquellos tortuosos años en los que Diana Spencer se transformó en la Princesa de Gales. Una futura reina que en realidad era una mujer profundamente deprimida y enferma por culpa de un marido y un entorno que ni la comprendía ni la quería. Y justo cuando ella creía haber salido de aquel infierno, un accidente de coche terminó prematuramente con su vida.

Este libro fue una bomba atómica que destruyó la idílica imagen de la realeza británica

Ahora, 32 años después de su publicación, llega este libro a nuestro país. Pero no es la misma versión que removió como nunca antes los cimientos de la realeza británica y de todo un país. Antes que nada hay que puntualizar que esta suerte de biografía se llevó a cabo por expreso deseo de la propia Lady Di. Deseaba contarle al mundo cómo era su vida de verdad y desterrar esa imagen idílica de pura felicidad y cuento de hadas que los británicos asociaban a su figura.

Como no quería levantar sospechas en Buckingham (porque no le habrían dejado hacerlo), ella y Andrew Morton buscaron la manera de poder realizar las entrevistas para sacar el libro adelante. La solución fue utilizar a una tercera persona conocida por los dos y que se veía con Diana en su casa de Kensington. Él le hacía las preguntas que Morton había preparado y Diana las contestaba. Todo quedó registrado en varias cintas. Aunque algunas, con el paso del tiempo, se fueron deteriorando.

Pero el avance de la tecnología ha permitido que todas aquellas grabaciones se hayan podido recuperar ahora íntegramente.

Su verdadera historia

Lo que tenemos entre manos es, ni más ni menos, a Diana de Galesabriéndose en canal como ningún miembro de cualquier realeza del resto del mundo ha hecho hasta ahora. Es cierto que el impacto hoy es mucho menor. Su trágica muerte acabó por sepultar del todo esta amarga queja novelada. Habían pasado cinco años desde la publicación del libro cuando Diana falleció pero, lo que contenía, seguía trayendo cola.

Para ella fue una liberación porque a partir de su publicación empezó a vivir. Se separó de Carlos de Inglaterra y abandonó el primer plano de la corona británica (que no de los focos y los flashes). Muchos de los que miraron para otro lado y tildaron a la princesa de "loca" empezaron a ver que algo olía a podrido en Buckingham Palace. Por otra parte, si antes afirmaba que hoy la llegada de este libro impacta menos de lo que debería también se debe a una serie de televisión que se ha encargado de poner en imágenes muchos de los turbios pasajes de Diana.

Su trágica muerte acabó por sepultar del todo esta amarga queja novelada

The crown centró sus dos últimas temporadas en la figura de Diana, desplazando por completo a Isabel II del papel protagónico que tenía hasta entonces. Y se entiende la jugada porque la casa real británica giraba en torno a la princesa de Gales. La serie se encargó de reavivar y recordar cómo fueron los años de Lady Di como miembro de la realeza. Pero ni los episodios más crudos de la serie pueden compararse a leer dos o tres páginas de este libro.

Diana habla de sus orígenes. De como sus padres se divorciaron y marcaron por completo a toda la familia Spencer. Habla de sus sueños, de su vida en Londres en un pequeño piso compartido, del encaprichamiento pasajero de Carlos de Inglaterra con ella. De la frialdad que destilaba toda la familia Windsor hacia ella. Y de Camilla. De Camilla. De Camilla. De lo absurdo e inexplicable que fue enamorarse de una persona que desde el primer día solo tenía ojos para otra mujer que no era ella.

La princesa del pueblo

El libro, a pesar de todo el tiempo que ha pasado y lo que conocemos ya, atrapa de una forma casi insana. El personaje de Diana, cuarto de siglo después, sigue manteniendo todo ese aura y aquel magnetismo que desprendía entonces para la plebe.

Diana no se arrugó. Se sinceró sobre su bulimia y sobre sus intentos de suicidio. No se preocupó por el impacto que podría tener reconocer que se tiró por unas escaleras estando embarazada del príncipe Guillermo. Son pasajes como estos los que más asombran dada la cerrazón que había entonces con todo lo relacionado con la corona en Reino Unido.

Diana no se arrugó. Se sinceró sobre su bulimia y sobre sus intentos de suicidio

Todas estas confesiones tienen hoy todavía más valor con el nuevo capítulo que se ha añadido a Diana y que transcribe todas las cintas que la propia princesa y el amigo de Morton grabaron en un entorno de secretismo mayúsculo. Era la documentación que necesitaban para escribir esta suerte de memorias. A Diana Spencer nunca le dio tiempo a escribir las suyas de su puño y letra, pero es bastante estremecedor leerlas ahora y pararse a pensar en que alguien que lo tenía todo, realmente, creía no tener nada.