Antonia Murgo
Traductora: Blanca Lago
Editorial: Nórdica infantil
Año de publicación original: 2023
El coco, el tío Camuñas, el Lobo Feroz, Baba Yaga o el Hombre del Saco. Todos son personajes inventados con un solo propósito: asustar a los niños. Pero, ¿por qué somos tan crueles como para querer insuflar miedo a un espíritu tan inocente como un niño? Bueno, si ese espíritu inocente no obedece de ninguna de las maneras, si no ve el peligro, si quiere hacer lo que le place, los padres ya recurrimos a cualquier cosa, y el miedo es una herramienta muy poderosa.
Los personajes terroríficos funcionan como refuerzo negativo para eliminar actitudes en los niños
No es que esté justificado asustar a los peques y traumarles de por vida. De lo que estoy hablando es que hace no mucho, si tu hijo iba a a meter los dedos en un enchufe o se asomaba a un pozo, pues no estaba de más que el tío Camuñas o el coco se asomasen y se lo llevasen. Estos personajes funcionan como un refuerzo negativo para eliminar o minimizar cualquier actitud que los padres o cuidadores querían erradicar.
El problema es que hoy la psicología infantil va por otro lado. Hay que hacer entender a los más pequeños qué está bien y qué esta mal e insistir. No dejar de hacerlo nunca hasta que lo interioricen en su día a día. Es una preciosa teoría y una preciosa práctica que funciona unas veces bien y otras no tanto.
Mister Moonro y familia
Pero cuidado, aquí no hemos venido a juzgar cómo educamos a los niños. Aquí hemos venido a conocer la vida del Hombre del Saco, uno de los asustadores con más galones y más solera que existen. Lejos de esa imagen de indeseable que secuestra infantes y se los lleva vete a saber dónde, el Hombre del Saco tiene nombre propio: Micheal Him Moonro. Y no es malo. Solo hace su trabajo.
Mister Moonro (así le conoce todo el mundo) tiene un hijo, Corvin. Digamos que es un pelín travieso de más y necesita una niñera. Sin saber dónde se mete, Miss Diciembre, una adolescente de 15 años, llega la mansión de los Moonro y se encuentra con que el tierno niño que se supone que iba a cuidar es capaz de transformarse en humo y esconderse entre las cenizas de cualquier fuego.
El Hombre del Saco tiene nombre propio y no es malo, solo hace su trabajo
El Hombre del Saco de Miss Diciembre y el clan de Luna es un ser honesto y apacible que entiende que la mala fama que arrastra por el mundo solo es fruto de un trabajo que no le gusta, pero que tiene que hacer "porque es trabajo". Partiendo de esta base y dándole la vuelta al folclore popular, la historia de esta novela infantil arranca cuando Miss Diciembre descubre un sorprendente secreto de la familia del Hombre del Saco en el momento en el que tres desconocidos irrumpen en la casa con motivos ocultos.
La obra toca varios temas que hemos vivido todos cuando éramos niños. Habla de la soledad, habla del deber, habla del sentimiento de pertenencia, de sentirse incomprendido y, también, habla del miedo. De ese que es visceral y que nos asalta por la noche cuando nos quedamos a solas con nuestros monstruos. Pero este libro coge ese miedo y le da la vuelta como un calcetín para que se mire a un espejo y nos demos cuenta de que no es tan fiero como lo pintan.
Un debut premiado
Antonia Murgo firma un debut casi soñado con este libro. Esta periodista dedicada al cine, las series y las películas de animación ha recogido el estilo barroco de Tim Burton y lo ha mezclado con la sensación mágica que transmiten Mary Poppins y el Studio Ghibli en El castillo ambulante para entregarnos una ópera prima que ya le ha valido Premio Strega Ragazze e Ragazzi 2022 a la mejor novela debut. Se trata uno de los galardones literarios más famosos de Italia, país de origen de Murgo.
Antonia Munro ha recogido el estilo de Tim Burton y lo ha mezclo con Mary Poppins y 'El castillo ambulante' del Studio Ghibli
Además, a finales de 2023, fue elegido como Mejor Libro Infantil del año por las Librerías de Madrid, disparando la preciosa edición de Nórdica infantil y la brillante traducción de Blanca Lago.
Y qué más queréis que os diga de este libro. Pues que se lee de una sentada, que tiene pinta de ser el comienzo de una serie más larga y, si su autora no se lo ha planteado, que lo haga, porque Miss Diciembre, Corvin y el resto de personajes deberían tener muchas aventuras por delante. Y aquí hay un lector al que ya han ganado para siempre. No hay que tener miedo al Hombre del Saco ni a reconocer que hay lecturas para niños y adolescentes que, vistas y leídas con ojos de adulto, son también un maravilloso disfrute.