Pedro Simón

Editorial: Espasa

Año de publicación original: 2024

Por César G. Antón

Primero fueron las bodas, después los nacimientos, llegaron los divorcios y ahora te encuentras con gente en los tanatorios. Buscar a los que nos identificamos con esta secuencia vital debería ser el sistema de los libreros para vender la última novela de Pedro Simón. Y somos muchos, porque Simón escribe los manuales de vida más bellos para la clase media, si es que eso sigue existiendo.

Tras 'Los ingratos' y 'Los incomprendidos', 'Los siguientes' es, de alguna forma, el cierre de una trilogía

Los siguientes es, de alguna forma, el cierre de una trilogía; primero nos llevó de viaje a ese lugar en el que dejamos de ser niños en Los ingratos, después realizó una autopsia a la familia en Los incomprendidos y ahora nos enseña a despedirnos. Decir adiós a los padres, organizar su ocaso y gestionar esa inevitable sensación de culpa.

Y cuando todo eso acabe, sabremos que somos los siguientes, llegará nuestro turno. Tendremos que esperar a su próximo libro para ver si nos da consejos sobre qué hacer cuando nos toque.

Viaje a la nostalgia

Simón es un escritor canchero, de pachanga en la calle, campo de tierra, balón Mikasa, pocas reglas y muchos trucos; su favorito es la nostalgia. Es un regate que repite y repite y que no puedes dejar de mirar. Vuelves a saborear el helado de tres bolas de fresa, al viaje en coche sin aire acondicionado, al Burgos-Real Madrid y un 2 en la quiniela. Maneja los recuerdos de "esos días en que nada estaba roto", o sí lo estaba, pero el tiempo arregló las grietas. Lo días en que los cuentos acababan bien y los monstruos solo se metían en las habitaciones de otros. Los días en que papá era la persona más lista del mundo.

Simón es un escritor canchero, de pocas reglas y muchos trucos; su favorito es la nostalgia

Es un viaje largo que comienza con una ilusión en sepia, y Simón reserva un truco final, un recorte con el que una y otra vez nos deja congelados: al llegar al destino siempre has olvidado las llaves para acceder a la verdad de esos recuerdos. No puedes más que mirarlos de lejos, por encima de una valla, desde el negro sobre blanco de la página. Y acabas dando vueltas, sin poder entrar, tratando de sorber la última gota de esos instantes deformados que ya no estás seguro de que se parezcan a lo que fueron. Y el retrogusto agridulce, la persistencia de esa sensación, es más poderosa aún que la propia nostalgia, ese es el maravilloso truco emocional de esta novela.

Un fascinante prisma familiar

Pedro Simón ha levantado esta historia utilizando a tres narradores principales: tres hermanos que nos cuentan la misma historia desde esquinas diferentes, un documental sin voz en off. Tres confesiones en primera persona, un calidoscopio compuesto por tres espejos enfrentados que forman un fascinante prisma familiar que culmina en Antonio Prieto, el patriarca que muta a niño. Es ahí donde los hijos pasan a ser cuidadores, y entonces se tensan los lazos que unen a los hermanos y comienzas a empatizar, a reconocerte, a participar y tomar partido. Porque Los siguientes es una novela con la que estableces una conversación personal, una lectura a la que terminas hablándole de lo tuyo.

En la novela hay amor, celos, risas, secretos, confianza, mentiras y un drama con el que hay que cargar

La casa de los Prieto es como tu casa, como cualquier casa. Hay amor, celos, risas, secretos, confianza, mentiras y un drama con el que hay que cargar. Un drama sobre el que el libro gira, al que vuelve una y otra vez, tratando de resolverlo, de curar las heridas hasta que llega el desenlace, al último movimiento de la sonata, al final sinfónico. Un clásico de Simón es terminar sus historias, las acaba, las resuelve, suena la música y salen los créditos, como hizo en Los ingratos y en Los incomprendidos, sus lectores saben a lo que me refiero.

Pero antes de ese final pasarás por esas historias en las que los que más tienen, todo lo pueden perder. Y en las que los que todo lo tienen en contra, siempre guardan una luz de amor inagotable que les podrá iluminar. Verás lunares en el cuerpo que esconden un secreto mapa familiar. Sentirás esa ansiedad que a ratos está triste, pero sonríe. De la que duele en el pecho, pero que no se queja. Y, sobre todo, verás a padres que empiezan a olvidar, y eso hace que todos nos pongamos a recordar, hasta llegar a la conclusión de que nunca habrá un día en el que seamos más jóvenes que hoy.