Pilar Eyre

Editorial: Planeta

Año de publicación original: 2025

Desde la calle se escuchan las risas cómplices de unas amigas en una terraza de Barcelona. Ya no miran al futuro con impaciencia. De hecho, tienen más donde rascar si miran hacia atrás. Están pasando un gran rato. Comparten confidencias y batallitas. Les gustaría que este instante durase para siempre porque saben de sobra que la vida pasa demasiado rápido.

Pilar Eyre nos adentra en las mentes de todas esas mujeres arrinconadas por una sociedad que lleva desde siempre decidiendo por ellas lo que significa el verbo envejecer. En Señoras bien se nos invita a recobrar esa juventud de espíritu que las canas y los achaques se empeñan en enterrar. Eyre alza la voz y se niega a ceder al estereotipo de "abuela resignada".

El resurgir de Andrea

En su última novela nos adentramos en la vida de Andrea, una arquitecta que, en su juventud y junto a su inseparable amiga Nieves, rompió moldes al emprender juntas un estudio de arquitectura en un mundo dominado por hombres. Han pasado cuarenta años de aquella audaz aventura y Andrea sigue siendo un torbellino de energía y pasión, aunque la sociedad insiste en encasillarla en un papel secundario, como si su vitalidad se perdiera con los años.

Pilar Eyre nos adentra en las mentes de todas esas mujeres arrinconadas por una sociedad que lleva desde siempre decidiendo por ellas lo que significa el verbo envejecer

Pero aquí, en Señoras bien, la edad es solo un número. Cuando la hija de Andrea, Loti, se enfrenta a un problema que podría cambiar el destino del estudio familiar que acaba de heredar, Andrea decide tomar las riendas de su vida y demostrar que el atractivo físico puede tener fecha de caducidad, pero la actitud y las ganas nunca lo tienen.

Pilar Eyre teje en su narrativa una mezcla de humor, ternura y un toque de picardía que te atrapa desde la primera página. La novela nace en respuesta a la invisibilidad que sufren muchas mujeres mayores, quienes se ven reducidas a roles predecibles, como el cuidado de los nietos o como mucho a una "buena vejez". La propia Eyre ya ha dejado caer, de forma nada sutil, que eso de "envejecer dignamente" le resulta inaceptable.

Eternamente joven

¿Dejarse canas, huir de los retoques estéticos? Ni pensarlo. Ella prefiere una vida de pasión, de rebeldía y mantener su juventud. Con dignidad, por supuesto, pero usando todos los recursos a su disposición.

El corazón de Señoras bien late desbocado gracias a ese estilo tan cómplice que caracteriza a Eyre. Cada página se siente como si estuvieras escuchando la charla de una amiga que te cuenta sus aventuras, sus desventuras, y sobre todo, sus ganas de seguir disfrutando de la vida sin importar lo que digan los demás. Es un relato repleto de ironía y sinceridad, invitándote a reírte de los prejuicios.

Sorpresas, sorpresas

Además, esta novela no es solo un homenaje a la libertad de ser y sentir, sino que también se aventura en el terreno del thriller. Hay una subtrama sorprendente. Un misterio que no te esperas y que se desliza entre las páginas, aportando tensión y una pizca de intriga que te mantiene pegado a la lectura. Es un giro que no desentona con el resto, sino que lo refuerza, mostrándote que, incluso en medio del caos y la incertidumbre, se puede encontrar la fuerza para reinventarse.

Esta novela no es solo un homenaje a la libertad de ser y sentir, sino que también se aventura en el terreno del thriller

Comparada con sus anteriores novelas, esas de corte histórico donde la meticulosidad de los detalles y la investigación eran el pan de cada día, Señoras bien se asoma con la misma pluma irreverente y fresca. Tras De amor y de guerra o Cuando éramos ayer, donde la narrativa navegaba por los derroteros de épocas pasadas, esta obra se siente como un reconfortante grito de libertad.

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