Laura Fernández
Editorial: Debate
Año de publicación original: 2024
Hay un ente desconocido en el lago Ness que tiene vida propia. No tiene por qué ser monstruoso a la fuerza, pero podría serlo. Y no nos estamos refiriendo al famoso plesiosaurio llamado cariñosamente Nessie. No. Nos referimos al relato del monstruo, a la historia fantástica de la existencia de un animal prehistórico en el fondo de uno de los miles de lagos que hay en Escocia.
Esa historia, esa fantasía, nació hace siglos y permaneció dormida en el fondo de ese precioso lago de aguas oscuras. Hasta que hace casi 100 años, en 1933, un matrimonio, curiosamente propietarios del único hotel que había en la zona, la hizo despertar.
Cazadores, investigadores y demás fauna convirtieron el relato del monstruo del lago en algo impredecible, como un animal enorme y perdido
Aldie MacKay y su marido volvían en coche desde Inverness hasta su pequeño pueblo, Drumnadrochit, cuando ella vio moverse algo en el agua. Un par de gibas emergieron de la superficie para luego perderse en las profundidades. Su historia fue lo suficientemente llamativa para que un periodista de un medio local escribiera un breve en su periódico, y el relato cobró vida.
A partir de ahí surgieron nuevos avistadores, cazadores de monstruos, investigadoresy demás fauna que convirtieron ese relato en algo impredecible, como un animal enorme y perdido. Un animal que esconde en su interior una necesidad humana: la de convertir la fantasía en algo real, tangible. La de conseguir hacer posible lo imposible.
Laura Fernández, la exploradora
Laura Fernández ha ido al Lago Ness. Hay turismo, curiosidad y necesidad de encontrar lo desconocido entre sus motivaciones. Pero ella es una exploradora humana y en su recorrido por las ciudades, los pueblos y los cruceros que recorren el lago se ha ido encontrando con personajes que perfectamente podrían poblar sus novelas y sus relatos.
Por eso ha terminado escribiendo el que es su primer ensayo. Hay un monstruo en el lagonarra el paseo de Laura Fernández por los museos, centros de visitantes, cruceros guiados, ciudades aledañas y librerías de la zona, montados ex profeso para alimentar ese monstruo.
La historia del monstruo surge en el año 565 y se modifica con el paso de los años y las fuentes que dan fe de él
Pero además, aparte de ser un libro de viajes, se las apaña para contarnos la historia del animal desconocido. Una historia que surge en el año 565 y que se ensancha y se estrecha, se modifica con el paso de los años y las fuentes que dan fe de él. Desde el santo del siglo VI que salvó a alguien de su ataque, pasando por el artículo del siglo XIX que recogía los rumores de los pescadores de la zona, hasta el breve que contaba la historia de los MacKay y que fue el primero en utilizar la palabra monstruo.
Y como Laura Fernández no se va a contentar tan solo con un par de capas, además del libro de viajes y del repaso histórico, este ensayo reflexiona sobre la capacidad del ser humano de crear fantasías, el poder de la ficción y la necesidad de escapar, como humanidad, de la ciencia y la realidad absoluta.
La necesidad de la fantasía para vivir
Porque ante todo, Hay un monstruo en el lago es un homenaje a la posibilidad de la fantasía. A escribir. A imaginar. A abrir una puerta que nadie más ve, en un lago remoto de la Escocia profunda, por la que escapar de este aburrido mundo y alcanzar un universo repleto de aventuras, donde lo imaginado es tan poderoso que mueve la vida de miles de personas a su alrededor.
Y contado con la indescriptible y peculiar prosa de Laura Fernández, empeñada en hacer saltar por los aires los límites del lenguaje, apoyándose en cursivas, mayúsculas y paréntesis, utilizados con las estrictas reglas que ella misma se salta en cada página y que sirven para enfatizar ideas, para resaltar conceptos, para que nos nos relajemos en la lectura, al fin y al cabo.
Hay un monstruo en el lago es un libro que demuestra una profunda admiración a lo desconocido
El resultado es algo más que un libro. Es un elogio de la pelea por zafarse de la ciencia y lo tangible, por escapar del control de lo investigado y lo dado por cierto, por ir más allá. Porque no todo es demostrable. No todo se puede contar con matemáticas. Porque todavía hay alguien, muchos en realidad que no queremos abrir los ojos.
Hay un monstruo en el lago es un libro que demuestra una profunda admiración a lo desconocido. Un ensayo con el que entender que el ser humano es fascinante, que se niega a no vivir rodeado de monstruos, porque dentro de él hay un monstruo que vivirá para siempre: la fantasía.
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