Greta García
Editorial: Tránsito
Año: 2023
Sinopsis: Pili era bailarina. Y digo era porque ahora no baila. Ahora Pili está en prisión, en la cárcel de Alcalá de Guadaira, Sevilla, en concreto, por terrorista. Se hartó, al parecer, de las instituciones y de la burocracia y trató de llevárselas por delante con muy poca suerte, como siempre en su vida.
Y allí, en la prisión, reflexiona sobre eso, sobre la vida, sobre la suya en concreto y sobre la de todos, la sociedad, anclada en un sistema que nos ahoga y oprime, mientras sueña con la doctora del centro y se apoya en las pocas amigas que tiene en prisión.
Por qué recomendamos 'Solo quería bailar', de Greta García
Quedarse con el lenguaje de 'Solo quería bailar' sería como fijarse tan solo en el llamativo vestuario de la bailarina principal de un ballet de vanguardia. Efectivamente, el torrente de palabras que brota de Pili está escrito tal cual sale, en andaluz de Sevilla, sin demasiada corrección gramática ni falta que le hace. Las palabras impresas en el papel son el retrato perfecto del manantial de pensamientos que brota de Pili, convirtiendo el personaje en un ente real.
Pero ese artificio estilístico no sería absolutamente nada sin el poso de contenido que arrastra. Porque el baile que interpreta esa bailarina es el de la desazón, el del dolor y el del ostracismo. Pero está interpretado con tal sentido del humor y tanta sinceridad que provoca una profunda empatía.
Esa joven encerrada, hastiada del mundo, de los convencionalismos, de las reglas estúpidas de una sociedad que no se soporta a sí misma, es en realidad una parte de todos nosotros. Esa que enterramos bajo toneladas de corrección y que nos hace cagarnos de miedo si se muestra un solo pelo de la misma en público.
Por eso leer 'Solo quería bailar' es, de alguna manera, destaparnos, dejar salir nuestra esencia. Mover nuestro cuerpo por el simple gusto de movernos. Y si de paso le podemos atizar a alguien, pues eso que nos llevamos.