Camila Sosa Villada
Editorial: Tusquets
Fecha de publicación original: 2019
La primera edición de Tesis sobre una domesticación se publicó en Argentina con una discreta tirada de 5.000 ejemplares que podían ser adquiridos en quioscos. La que Tusquets presenta en nuestro país ahora ha sido reeditada y revisada con motivo de la adaptación que empezó a grabarse el año pasado con la autora, que también es actriz y dramaturga, como protagonista, y que todavía no tiene fecha de estreno.
Desde la publicación de Las malas, su primera novela, y su traducción a distintos idiomas, Camila Sosa Villada se ha convertido en una autora de éxito tanto dentro como fuera de su país natal.
Vanidades a la hoguera
Tesis sobre una domesticación cuenta una historia sobre maternidad, pasión y celos bajo la larga sombra de un matrimonio construido sobre fracturas que amenazan a diario con alejar a sus protagonistas y convertirlos en matrimonios aburridos, obsesionados con la infelicidad que el estatismo propone.
Este libro cuenta una historia sobre maternidad, pasión y celos bajo la larga sombra de un matrimonio construido sobre fracturas
Adornado entre la suntuosa vida de la jetset argentina de espacios diáfanos, lujosos apartamentos rematados en mármol italiano y exclusivos muebles de diseño. Sillones sobre los que descansar de vidas frívolas, estantes en los que dejar macerar premios al aire endogámico y viciado del dinero; siendo observados por las cámaras, el gran público.
Jean Cocteau indica en el prólogo de La voz humana que la actriz que interpreta dicho papel debe dar la impresión al público que pierde sangre a medida que avanza la obra. La actriz que recibe estas indicaciones en la novela de Sosa Villada es una travesti, como ella misma se define, en la cima de su carrera profesional, casada con un abogado homosexual con quien acaba de adoptar a un niño de seis años seropositivo.
La protagonista es una travesti en la cima de su carrera profesional, casada con un abogado homosexual con quien acaba de adoptar a un niño de seis años seropositivo
Su camerino está al fondo del teatro, inmaculado en una soledad que ella misma ha construido con tesón. Allí se oculta antes de las funciones, recibiendo el afecto de sus amantes, escondiéndose de la vida que se da simultáneamente en su propio hogar. Un hogar tan nuevo como frágil y que no podrá salir indemne de la violenta tormenta que se cierne sobre él.
En otra escena de la novela, la protagonista de Tesis... observa desde una ventana los movimientos de los invitados a un banquete de boda. Les ubica a través de una mirada desafectada, curtida en los envites de quien congeló su corazón para poder vivir de su cuerpo: primero como prostituta y después como intérprete.
Reconoce las espaldas anchas del abogado, su marido desde aquel día. Un hombre entregado a la pareja "demasiado bueno para quien es incapaz de amar", como su propia madre no duda en recordarle. Una imagen que se repite a lo largo del libro, la observación casi quirúrgica, apartada y paciente de vidas que se mecen en la deriva de las vanidades que componen su mundo.
Ternura afilada
Mariela Muñoz marcó un hito en el año 1997 para el colectivo LGTBIQ+ argentino convirtiéndose en la primera mujer trans en el país a la que se le reconoció un cambio de nombre y género en su documento de identidad. Dieciséis años antes litigó con el Estado por mantener la custodia de tres niños que había criado e inscrito como suyos, siendo condenada a un año de cárcel por este motivo.
Su precedente sirvió para plantear un debate en el país sobre la maternidad trans más vigente que nunca con la llegada de la ultraderecha a la Casa Rosada. Un testigo que Sosa recoge en esta edición que llega a las librerías de nuestro país cuando más falta hace para comprender lo que nuestra realidad se niega a pronunciar.
Su precedente sirvió para plantear un debate en el país argentino sobre la maternidad trans más vigente que nunca con la llegada de la ultraderecha a la Casa Rosada
La disidencia forma parte de las vidas de los personajes de esta Tesis. Sus nombres se pierden entre eufemismos, aliados útiles cuando la realidad se resiste al adjetivo claro, construido sobre los cimientos de la normatividad. La asistente social encargada de la adopción le debe explicar al joven la identidad de su nueva madre, la escritora aprovecha para ironizar con la respuesta del estado patriarcal siempre torpe e ignorante: "Una travesti es una mujer con pene".
Así la autora va construyendo un libro que recuerda al chileno Pedro Lemebel en sus descripciones tan suntuosas y elegantes como súbitamente crudas. Un erotismo que se corta de forma abrupta para hablar de la ausencia de deseo causada por los estrógenos; o las contradicciones de un matrimonio que trata de definir sus límites en su afecto, improvisando a un tiempo la crianza de su hijo.
Camila Sosa Villada no se priva de mentar lo que muchas veces queda fuera del canon literario. La antítesis de la literatura falocéntrica resiste entre sus párrafos, desde ese lugar se nombra lo que muchas veces solo recibe la atención del insulto de quien mira desde fuera a las vidas de los travestis, las transexuales y maricones que son su elenco.