A Ibiza ha regresado un viejo conocido, la voz se ha corrido y muchos son los que se acercan a visitar la pequeña cabaña donde Antonio Escohotado aguarda la muerte.
Con 80 años, el filósofo, traductor y ensayista, sigue siendo la persona de referencia para los interesados en las sustancias psicotrópicas, tal y como reconocía en un programa de televisión en 1993: "He probado todas las que he podido. En el libro debe de haber unas 220".
El de las drogas
Cómo tomarlas, sus efectos y sus daños... Escohotado experimentó consigo mismo para demostrar que no son las drogas, si no la falta de conocimiento que se tiene sobre ellas, lo que es peligroso. Según él, "atribuir contenidos morales a compuestos químicos es un disparate". Todas estas reflexiones fueron precipitadas tras los 14 años que pasó en Ibiza.
Allí, a parte de traducir a Hobbes o a Newton, fundó en el 76 la discoteca Amnesia, epicentro de contraculturas y meca para hippies. Una aventura que terminó con él condenado a un año de prisión por tráfico de drogas, después de ser detenido en una operación en la que tanto compradores como vendedores eran policías.
"Atribuir contenidos morales a compuestos químicos es un disparate"
Algo que ha llegado a admitir que "le vino fenomenal", porque fue entonces cuando escribió su 'Historia general de las drogas' (Espasa, 1998): casi 2.000 páginas de análisis antropológico e histórico, donde expone la manera en la que la humanidad ha consumido estas sustancias y el estatus legal que han tenido hasta hace menos de un siglo.
Escohotado dice que "la cruzada contra las drogas contraviene el derecho a la propiedad privada", y es que, aún próximo al comunismo en su juventud, Escohotado defiende que no separa entre izquierdas y derechas, si no entre libertad y autoritarismo.
Llegados a este punto
Reflexiones que encontramos en 'Los penúltimos días de Escohotado', donde el periodista Ricardo Colmenero, nos cuenta cómo sobrelleva el filósofo los últimos años de su vida en los que, por supuesto, sigue una dieta que combina drogas tanto legales, como ilegales.
Con declaraciones como "las personas tienen derecho a la extravagancia", podemos decir que, desde luego, él ha exprimido este derecho hasta convertirlo en un experiencia psicodélica.