Empezaremos este reportaje aclarando algo básico: la orientación sexual no pertenece al ámbito de lo privado, lo que se hace con ella, sí.
Es a Gabriel J. Martín, autor de 'Gay Sex' (Roca Editorial, 2020) a quien le vamos a dejar poner el ejemplo y el picante. "Privado sería", empieza diciendo el psicólogo, "que yo le dijera a una señora en el autobús que me gusta tragarme la leche de mi novio cuando se la chupo, pero mi estado civil no es mi vida privada".
¿Y por qué necesitamos los gays un "manual" de psicología afirmativa para aprender a practicar mejor sexo? Pues porque aunque es algo natural, vivimos en una sociedad muy influida por la religión en la que hasta hace poco la homofobia era la norma. Y si uno tiene conflicto con lo que es, lo que siente y lo que le dicen, acaba teniendo problemas de aceptación que se reflejan en su sexualidad.
Tampoco ayudó la pandemia de sida de los 90. "Sidoso era el insulto que se oía en la calle, así de asociado estaba ser homosexual a una enfermedad, así no hay quien folle tranquilo", bromea el autor.
Así que con estos mimbres, imaginen la cesta. Afortunadamente, Gabriel J. Martín y su 'Gay sex' han llegado para demostrarnos que todavía estamos a tiempo de aprender.
En cuanto a las filias, es curioso que la mayoría prefiera practicarlas con desconocidos antes que con su pareja, de la que temen que piense que es un depravado. Así que recuerden lo que decía Madonna: "El sexo es sucio solo si no te lavas”. Y a veces ni eso.