Hipólito Lucena fue ordenado sacerdote en 1930. Acompañado de su familia, no imaginaban que las depravaciones sexuales en su iglesia le llevarían a enfrentarse contra el mismísimo Vaticano.
Su desconocida historia la ha recogido el periodista y escritor Antonio Soler, que lleva décadas investigando la figura de Hipólito Lucena. "A partir de la posguerra es cuando empieza a hacer unas actividades que, a través del confesionario, derivan en algo que podríamos llamar una secta".
La secta de las hipolitinas
Secta que tenía su sede en la iglesia de Santiago Apóstol, en el centro de Málaga. Sobre su altar mayor organizaba ritos sexuales, orgías con mujeres a las que captaba aprovechando su poder como religioso. "Es un abuso de poder. A través del confesionario, con una lenta manipulación, va llevando a sus víctimas por el camino que él quiere".
En 'Sacramento', Antonio Soler relata cómo la oscuridad de la época y del propio confesionario permitieron a Hipólito convertir a estas mujeres en las llamada hipolitinas. Eran sus fervientes seguidoras. "No solo es que haya abusos o manipulaciones sexuales, sino que para la Iglesia es un hereje".
Hipólito vs. El Vaticano
Desde la oscuridad, Hipólito intenta establecer una nueva corriente en la Iglesia, según la cual a través del sexo pueden ser más puros. Fue entonces cuando el Vaticano intervino.
A finales de los 50, el sacerdote fue encarcelado durante 20 años. Mientras, las hipolitinas son llevadas a un convento a Ronda y, como explica Antonio Soler, "vuelven de allí mudas".
Mudas y fieles a Hipólito Lucena hasta la muerte.