Manuel Espallargas combatió junto a la CNT durante la Guerra Civilen el frente de Aragón. En 1939, con la victoria de los golpistas, fue detenido y enviado a un campo de prisioneros en Alicante. Allí organizó un plan de fuga aprovechado el descontrol de las tropas fascistas. Dudando sobre si dirigirse a su Alcorisa (Teruel) natal o cruzar a Francia, realizó el tortuoso camino hacia el exilio y a finales de año estaba ya alistado a la Legión Extranjera francesa.

Los españoles de la Legión Extranjera Francesa fueron enviados a Argelia para mantener a raya a las tropas de Hitler y Mussolini

Manuel y sus compañeros fueron enviados a Sidi bel-Abbes, en Argelia. Su objetivo era mantener a raya a las unidades motorizadas del ejército de Hitlery Mussolini. El divulgador histórico Pere Cardona, en su libro El mundo en guerra, anota las palabras de uno de los republicanos, el barcelonés Perxachs que comparaba las condiciones de aquel desierto con lo vivido en la batalla del Ebro contra Franco: "¡En el Ebro ya la hubiésemos palmado todos! ¡Aquello si que fue un festival de aúpa!".

Sin embargo, la guerra viró en los meses siguientes. El ascenso al poder de Churchilly la pérdida de neutralidad de Noruega, motivó que los Aliados entrasen en guerra en el frente escandinavo. Y a principios de 1940, aquel grupo de españoles fue llamado a combatir en latitudes muy distintas.

El ejército de las ratas

Los franceses conocían coloquialmente a aquel ejército formado por republicanos españoles como 'el ejército de las ratas'. Cardona recoge las palabras de su general, Antoine Béthouart, encargado de la ofensiva en tierras escandinavas: "Novecientos españoles, morenos, alborotadores, difíciles de mandar pero de una valentía extraordinaria".

Los hombres de Manuel demostraron su valía entre el escarpado paisaje noruego. El 13 de mayo desembarcaron en el país bajo el intenso fuego de la artillería alemana. Tras cinco horas de combates entre las calles de Bjerkvik, consiguieron hacerse con la ciudad y reorganizarse para tratar de alcanzar su objetivo en los altiplanos noruegos: una colina fuertemente defendida, sin más nombre que la cota 220.

"Los soldados españoles saltaban de un lado para otro como tigres y nunca parecían estar agotados"

Espallargas, junto a un combatiente checo, logró burlar los nidos de ametralladora y tras diez horas de ascenso bajo fue enemigo, alcanzaron la cima. Este logro, conocido como la batalla de Narvik, fue la primera gran victoria que los aliados obtuvieron ante las tropas de Hitler.

Sin embargo, aquella alegría no duró mucho porque coincidió con la caída de Holanda, Bélgica y Francia y la acumulación de tropas aliadas en Dunkerke. Las autoridades británicas y francesas se volcaron en aquel rescate, dejando en Bjerkvik a centenares de héroes sin enterrar.

Otro de los testimonios que recoge Pere Cardona es el de Pierre O. Lapie, condecorado con la Cruz de Guerra en ese mismo país: "Los españoles reconocían en aquellos caminos tortuosos algo parecido a sus propias sierras. Saltaban de un lado para otro como tigres y nunca parecían estar agotados". Si hubo algunos oficiales que tuvieron aprensión de aceptar en la Legión —creyendo eran comunistas— a los republicanos españoles, ahora estaban orgullosos y satisfechos de su espíritu de lucha".

Lapie reconoció el valor de Espallargas en la toma de aquella posición: "Un ejemplo fue el caso del joven español que atacó y conquistó una posición de ametralladoras de los alemanes en Elvegaard". El 28 de mayo, la Wehrmacht emprendió una retirada que constituyó una victoria pírrica.

"Fusilad a uno de cada tres hombres"

La Legión se replegó a Inglaterra para, como apunta el investigador, "reservar las tropas para futuros combates". Los noruegos cayeron frente a los nazis y el país fue tomado por Hitler. Pere Cardona explica la decepción que en primavera de ese mismo año sufrieron las 'ratas'. Con París tomada, Francia rendida y el país dividido en dos, los republicanos españoles decidieron que no querían seguir combatiendo del lado galo.

Con Francia rendida y dividida en dos, los republicanos españoles decidieron pedir el traslado a la tropa inglesa

Unos doscientos españoles protagonizaron entonces una protesta contra De Gaulle, arrojando sus armas a los pies del general y pidiendo el traslado a la tropa inglesa. Enfurecidos, los mandos franceses decidieron dar ejemplo a los rebeldes fusilando a "uno de cada tres hombres".

Pero la buena estrella de Espallargas quiso que no cumpliesen las órdenes y tras un breve encierro por su insurrección, los españoles, como era su deseo, pasaron a formar parte del ejército inglés, más concretamente de la Number 1 Spanish Company. Participaron, entre otras misiones, en la defensa del puerto de Plymouth, ayudando también a la población local a reconstruir y apartar los escombros que dejaba la aviación alemana.

Misión: la resistencia antifascista

Churchill formó en 1940 la Unidad de Operaciones Especiales (el SOE por sus siglas en inglés) con el objetivo de desarrollar operaciones encubiertas en todos los frentes. Preocupado por la relación de Franco y el Tercer Reich, ideó incluso una operación, la Sprinkler, que tenía como objetivo ayudar a la resistencia antifranquista. El plan tomó el nombre en clave de 'Sconce'.

Durante meses, los mejores hombres fueron reclutados y entrenados para formar comandos que estableciesen contactos con sectores contrarios al franquismo en España: monárquicos, tradicionalistas, comunistas, anarquistas... A pesar del interés de los británicos, el avance de la guerra y los cambios en la política exterior del Generalísimo dejaron en reserva a estos hombres que no pudieron culminar su propósito.

Aquellos antifascistas españoles estuvieron presentes en el Desembarco de Normandía, más concretamente en la playa de Juno

El rastro de Manuel se pierde entre los archivos, todavía clasificados, de la inteligencia inglesa. Aún así, Cardona explica que una carta fechada en 1947, así como el testimonio que el propio Manuel legó a uno de sus descendientes, corroboran que estuvieron presentes en el Desembarco de Normandía, más concretamente en la playa de Juno.

Un rastro que llega hasta el armisticio de 1945. Otro de los combatientes españoles, Antonio Grande Galán, describió aquella fecha como "sin lugar a dudas, el día más alegre de mi vida". Después de ocho años de guerra, la noticia sorprendió a Galán en un pequeño pueblo: "Nunca olvidaré aquella noche [...] todo el pueblo salió a la calle uniéndose a nosotros con besos, abrazos, bebida, comida, llorando y cantando de alegría".

Historias de la Historia

La increíble historia de estos combatientes españoles que recorrieron Europa poniéndole trabas al fascismo, es una de las muchas recogidas Pere Cardona en El mundo en guerra. Un extenso libro en el que muestra hazañas de ambos bandos que se produjeron a lo largo de los seis años que duró la guerra y que el escritor ha ido recopilando a lo largo de más de 25 años.

En 2012, incluso, llegó a abrir el portal Historias de la Segunda Guerra Mundial, donde más de 40.000 usuarios leen y comparten diferentes relatos sobre los protagonistas de la contienda.

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