En 1943, el NODO, con sólo unos meses de andadura, sacaba por primera vez a Arturito Pomar. Un niño de Baleares de once años, todo un prodigio del ajedrez. Lo elevó a la categoría de héroe demostrando su precocidad para poner en jaque a todo el que se le ponía por delante. "En aquel momento en España, un país de miseria, de blanco y negro y de analfabetismo, tener un niño prodigio del ajedrez, que fue capaz de empatar con 12 años al campeón mundial de aquel momento, fue todo un boom", explica Paco Cerdá, autor de 'El peón' (Pepitas, 2020).
Arturito Pomar despertó tanta admiración que el franquismo lo utilizó para promocionar la dictaura
Despertó tanta admiración en el régimen que el franquismo lo utilizó para promocionar la dictadura. Y así pasó a ser casi una pieza más de uno de sus tableros de ajedrez. "Por un lado fue explotado por el régimen franquista en los años 40 y luego fue olvidado por ese mismo régimen cuando más lo necesitaba, cuando en el año 62 tuvo la oportunidad de ir a la antesala del campeonato del mundo de ajedrez y poder llegar a la cumbre de su carrera deportiva", recuerda Cerdá.
'El peón' de Paco Cerdá nos cuenta su historia, empezando por esa partida con el campeón mundial, el americano Bobby Fisher en 1962. Pero también la de otros tantos personajes que, como ellos, fueron utilizados primero y después, casi olvidados por la historia. "A partir de esa metáfora del peón, del peón que es la pieza más pequeña del ajedrez, se dedica a bucear en la historia para recuperar muchísimas historias de peones olvidados".
Y no hace falta ni un ápice de ficción. Peones como Marcos Ana, el preso Político más antiguo del franquismo. O incluso damas, como Marilyn Monroe. Este libro es un homenaje a todos ellos, a cómo el sacrificio individual explica muchas veces las luchas colectivas.