En los años 60, Australia se llenó de mujeres españolas que soñaban con una vida mejor. Su realidad era tremendamente difícil en España. En un país en recesión, con una hambruna que se cebaba con los más pobres, muchas mujeres vieron una oportunidad de futuro en ese anuncio que buscaba jóvenes católicas y solteras.

"Muchas madres solteras, en un país en el que ser madre soltera era un estigma, vieron una vía de escape para empezar una nueva vida y, cuando estuvieran establecidas, reclamar a sus hijos". Lo cuenta Celia Santos, autora de El país del atardecer dorado, novela que utiliza como telón de fondo este poco conocido episodio de nuestra historia reciente.

Qué fue el 'Plan Marta'

El Plan Marta fue la segunda parte de la Operación Canguro. A finales de los años 50 muchos hombres españoles fueron llevados a Australia para trabajar. Allí cobraban mucho más que en España, lo que les permitía huir de la posguerra y enviar dinero a sus familias.

Años después, en 1960, daría comienzo la Operación Marta, un plan similar, solo que esta vez serían mujeres las que llenarían esos aviones con destino a la otra punta del mundo.

El régimen franquista y el gobierno de Australia, a través de la Iglesia española y la de Irlanda (que era la que operaba en el país de los canguros), pagaban el viaje y ofrecían un contrato de trabajo de dos años como empleadas domésticas a las mujeres que aceptasen, pero no sabían que detrás de esa "buena fe" se escondía un objetivo más perverso. "Poblar Australia, pero poblarla con blancos, los aborígenes no valían, tenían que ser blancos", sentencia Celia Santos.

Objetivo: repoblar Australia

Aquellas mujeres, conocidas como las 'martas', fueron llevadas a lugares remotos alejadas de cualquier diversión, cuyo único entretenimiento, cuentan algunas, era ir a misa los domingos. "La Iglesia se aprovechaba de esa circunstancia, de esa necesidad y de esa soledad", cuenta Santos, "para que se juntaran y que la naturaleza hiciera el resto".

"Fue una crueldad antes y ahora, no hay excusa"

Obligadas por contrato a permanecer allí dos años, la mayoría acabaron cumpliendo con lo que se esperaba de ellas. Se casaron, tuvieron hijos, contribuyeron a repoblar Australia y pocas se volvieron después de aquellos dos años.

En palabras de Celia Santos, "fue una crueldad antes y ahora, no hay excusa". Más de 60 años después, las memorias de las 'martas' son el hilo conductor de El país del atardecer dorado, una novela de ficción para que sus vidas no se pierdan entre las páginas de la historia.

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