"Si estás libre un día de estos, vayamos a comer". Mia Farrow acababa de regalarle un libro a Woody Allen. Él le contestó agradeciéndole el gesto con una nota. Así pidió Woody Allen una cita a Mia Farrow. Y así, confiesa el director, cambiaría la vida de mucha gente. Lo cuenta en 'A propósito de nada' (Alianza Editorial, 2020), su autobiografía, que acaba de publicarse en España y donde dedica más de la mitad del libro a su relación con la actriz. "Nunca nos casamos. Ni siquiera llegamos a vivir juntos. Y ni una sola vez, en los trece años de relación, dormí en su apartamento de Nueva York", cuenta Allen.
"Mi teoría es que cumplí con mi propósito cuando la dejé embarazada y luego pasé a ser irrelevante"
Dice que nunca vio las "señales de alarma", ni siquiera cuando ella le pidió que tuviesen un hijo biológico del que no hacía falta que él se encargase. "Mi teoría es que cumplí con mi propósito cuando la dejé embarazada y luego pasé a ser irrelevante", reflexiona Allen.
Su relación amorosa con la hija adoptiva de Farrow, Soon-Yi, lo cambió todo. Y unas fotos eróticas de ella dejadas en la repisa de la chimenea por un despistado Allen, terminaron por desatar un infierno. Ella le avisó en una llamada telefónica con un "tengo algo planeado para ti" y poco después saltó el escándalo. "El doctor le preguntó a Dylan si habían abusado de ella. Dylan dijo que no. Mia la llevó a tomar un helado y luego regresó a la consulta del médico donde la niña de siete años dio una versión distinta de la anterior", asegura el director.
Lamenta que no sirvieran de nada ni las investigaciones ni los relatos de algunos de los hijos adoptivos sobre una Mia Farrow que maltrataba física y psicológicamente a los menores. Medio Hollywood le dio la espalda.
Veinte años después, Dylan Farrow sigue manteniendo que su padre adoptivo abusó sexualmente de ella cuando sólo era una niña. Y tanto ella como su hermano Ronan y la propia Mia Farrow, han mostrado su rechazo a esta autobiografía en las redes sociales. "Este es tan solo un ejemplo más de los privilegios que se pueden comprar con dinero, poder y fama", escribió Dylan Farrow en Twitter.
Y a pesar de que durante años Woody Allen tuvo que salir con nariz y gafas falsas a la calle para superar el "calvario" de las acusaciones, se complace de haber tenido suerte en la vida, aunque nunca haya hecho, dice, una gran película. Tal vez su libro no sea 'A propósito de nada'.