No, en verano no todo el mundo engorda o aumenta algunos kilos de más. Todo depende del tipo de alimentación o dieta y del ejercicio físico que se realice, también porque en muchas ocasiones, por culpa del calor, se reduce el apetito.
Sin embargo, tal como explica la Dra. Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), hay una mayor tendencia al consumo de helados, tapas rápidas y bebidas con alcohol.
En verano, una de las características más importantes que debe reunir los alimentos que ingerimos es que tengan mayor contenido de agua. Por ejemplo, "es aconsejable cambiar un producto como un plato de cuchara, propio de las épocas frías, por ensaladas, gazpachos, y verduras", sostiene la experta.
Así y durante los meses de más calor -añade- es esencial aumentar la ingesta de alimentos de origen vegetal (frutas, hortalizas y verduras) por su alto contenido en agua, que se sitúa entre el 80% y el 90% y consumirlos de temporada y proximidad.
En cuanto a las frutas y verduras de verano con mayor contenido de agua son, según enumera la especialista de la SEEN:
- Sandía: contiene hasta un 93% agua
- Melón (88%)
- Albaricoque (86%)
- Ciruelas (84%).
- Tomate (94%)
- Pepino (96%)
- Endibia (94%)
- Cebolla (90%)
- Apio (94%)
- Rábano (94%)
Cuidado con las 'dietas rápidas'
Si queremos adelgazar, lo más importante es ponernos en mano de un profesional, una dieta no es sólo un plan alimenticio sino un cambio en el estilo de vida, es decir, no se trata de perder peso sino de aprender a comer y a llevar una dieta saludable de por vida y así no volver después a recuperar los kilos que se han ganado, tal como explica la doctora de Hollanda.
"Un cambio en el estilo de vida se hace durante un período de tiempo largo o de forma indefinida, pero si se vuelve a los malos hábitos previos y, al año siguiente, vuelta a empezar, estos ciclos no son buenos para nuestra salud física (efecto yo-yo o rebote) ni psicológica porque genera frustración, sensación de fracaso y problemas de autoestima y, probablemente, también afecta a nuestro bolsillo".
Por ello, es importante indicar que "aquella persona que se plantee una dieta a corto plazo, con casi total seguridad, acabará en fracaso a largo plazo". También es clave destacar la importancia de considerar cuál debe ser el ritmo de pérdida de peso para llevar el tratamiento a cabo de forma segura con el fin de evitar complicaciones, así como realizar planes de alimentación equilibradas, evitando aquellas que eliminan completamente algunos grupos de alimentos y obligan a tomar suplementos de vitaminas y minerales, ya que pueden ocasionar complicaciones.
Así y tal como explicamos también en No te fijes en los kilos sino en la grasaes importante que se adelgace, o mejor dicho se pierda grasa, de forma paulatina: lo ideal es perder alrededor medio kilo a la semana -como indica este artículo de la Fundación Española del Corazón (FEC)- pero esto no es fijo, pues todo depende de las características y la base de la persona.
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Cualquier momento del año es apropiado para cuidarse y realizar una dieta saludable, pero es fundamental, huir por completo de "las campañas 'operación bikini', 'retos de corto plazo' y 'comparaciones antes/después'", finaliza la especialista.