La vida de Aaron James cambió drásticamente cuando un accidente eléctrico lo dejó gravemente herido, con la mitad de su rostro y un brazo izquierdo severamente dañados. Aaron, de 46 años, recibió una descarga de más de 7.000 voltios mientras trabajaba. A pesar de las probabilidades, sobrevivió y, junto al doctor Eduardo D. Rodríguez y su equipo quirúrgico del NYU Langone, ha hecho histórica.

En una operación que duró 21 horas y que involucró a un equipo de 140 cirujanos, Aaron fue sometido al primer trasplante de ojo completo del mundo, combinado con una reconstrucción facial parcial. Aunque todavía no ha recuperado la visión, su caso representa un hito en la medicina. Los médicos han confirmado que el ojo trasplantado ha mantenido una forma y vascularización perfectas, y los tejidos no han mostrado señales de rechazo.

"El globo ocular está perfectamente redondo y la retina está completamente vascularizada", informaron los médicos. Aunque la visión no se ha restablecido aún, la electrorretinografía ha mostrado señales de actividad en los fotorreceptores, lo que sugiere que las células nerviosas sensibles a la luz del ojo han sobrevivido.

Aaron James, consciente de que los médicos nunca esperaron una recuperación total de la visión, se muestra optimista. "Ellos nunca esperaron que funcionara al completo, pero al menos aprenderían algo para ayuda a la siguiente persona", afirma. Su caso ha abierto nuevas posibilidades para futuros trasplantes de órganos sensoriales, una esperanza no solo para él, sino para miles de personas que podrían beneficiarse de estos avances médicos.

El éxito de este trasplante, aun en sus fases iniciales, marca un antes y un después en la cirugía reconstructiva y trasplante de órganos. Los especialistas de NYU Langone están convencidos de que este logro allana el camino para avances aún mayores en la medicina, especialmente en trasplantes que involucran órganos sensoriales.