Desde hace no mucho, los expertos en Medicina, considera a la microbiota como "el segundo cerebro" de nuestro cuerpo y es que sus funciones son claves para nuestro organismo. Ahora un estudio revela que "después del primer año de vida, la contribución del padre a la microbiota de su bebé es comparable a la contribución de la madre, haya nacido por vía vaginal o por cesárea".
El estudio ha sido publicado en la revista 'Cell Host & Microbe' y encabezado por la Universidad de Trento (Italia) y con la colaboración, entre otras instituciones, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
Tal como informa el CSIC, la microbiota intestinal es "el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro intestino. El cuerpo humano está compuesto por células que se organizan en tejidos, órganos y sistemas, y por una parte muy importante de microorganismos que se distribuyen por el organismo". Tiene una "transmisión vertical, materno-filial, que se produce en el parto y ese primer contacto con microorganismos que ocurre en el tracto digestivo en el momento de nacer es muy importante para el desarrollo futuro del bebé".
Así es fundamental entrenar la microbiota de los más pequeños a través de su alimentación resulta especialmente durante los primeros años de vida, debido a su estrecha relación con el desarrollo del sistema inmune. Porque la alimentación del bebé durante los primeros 1000 días de vida, incluidos los 9 meses de gestación, determinan de forma importante la salud futura del bebé.
Se estudiaron 73 bebés (21 nacidos por cesárea)
Para este estudio, los investigadores estudiaron el papel del padre en la formación de la microbiota y descubrieron que constituye una "fuente estable de cepas para el lactante" independientemente del modo de parto, y que la contribución acumulada llega a ser comparable a la de la madre después de un año".
"Saber que el padre contribuye sustancialmente al microbioma en desarrollo del bebé subraya el importante papel de las interacciones físicas y sociales entre el recién nacido y su padre, así como con otros miembros de la familia", tal como apunta Nicola Segata, de la Universidad de Trento.
Los investigadores realizaron análisis metagenómicos de muestras fecales de recién nacidos y de sus padres para buscar la presencia de una amplia gama de cepas bacterianas a lo largo del tiempo. Para ello, compararon los microbiomas fecales de 73 bebés; 21 nacidos por cesárea y 52 por parto vaginal y recogieron muestras durante más de un año y compararon sus microbiotas la de sus madres y padres.
El resultado fue que muchas de las cepas encontradas en los bebés a las 3 semanas, 3 meses y 12 meses procedían del padre, no de la madre. Entre ellas se encontraban las cepas de Bifidobacterium longum, que se sabe que utilizan los oligosacáridos de la leche materna pero que, contraintuitivamente, pueden proceder del padre y no de la madre.
El equipo dio además seguimiento a un estudio anterior para confirmar que exponer a los recién nacidos por cesárea a la microbiota materna justo después del parto era seguro y eficaz para darles una composición microbiana más parecida a la de los nacidos por vía vaginal. Los autores afirman que, dado que los partos por cesárea representan actualmente una cuarta parte de los nacimientos en todo el mundo, debería prestarse más atención a la creación de un equilibrio saludable de la microbiota intestinal en esos bebés.
"Es la primera vez que se pone de manifiesto la influencia del padre"
Con respecto a este presente estudio y tal como manifiesta a SMC España,Toni Gabaldón, Profesor de investigación ICREA y jefe del grupo de Genómica Comparada del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) y del Barcelona Supercomputing Centre (BSC-CNS), los resultados del estudio confirman "resultados interesantes", como que "un papel relevante de los padres que es más tardío e inicialmente más modesto que el de las madres, pero que se iguala cuantitativamente cuando el niño o niña tiene un año de edad".
Por otro lado -añade este profesor- "se observa que madre y padre aportan especies diferentes a la microbiota del niño y, por tanto, podrían ser complementarias. Quizás de manera esperada, el uso de antibióticos antes o durante el parto tiene un impacto claro en la microbiota infantil, pero consigue reducir la abundancia de patógenos.
Igualmente, tal como argumenta a este medio Gabaldón, "el trasplante fecal consigue reducir también la presencia de especies patógenas oportunistas. Sin embargo, en partos con cesárea no consigue restaurar una microbiota similar a la de un parto vaginal, sino una distinta, rica en especies y pobre en patógenos, pero distinta".
Por su parte, Rosa del Campo Moreno, investigadora clínica del Hospital Ramón y Cajal, comenta, también a SMC España, que es cierto que "tradicionalmente se ha atribuido a las madres el papel de inocular a los bebes, bien a través de la microbiota vaginal durante el parto, bien por el contacto de la piel al mamar, o por la leche que contiene bacterias del intestino de la madre"; por lo que "es una muy buena aportación estudiar la influencia de la microbiota paterna".
Más Noticias
- Cómo activar el Código Ictus para tratar lo antes posible esta enfermedad tiempo-dependiente
- Carolina Ortiz, cardióloga: "Es urgente cambiar las políticas y prácticas en la atención cardiovascular a las mujeres"
- La gonorrea se dispara en España: un 80% de los contagiados son hombres
- "El cáncer de mama no es rosa, es un marrón": la reivindicación de pacientes que han atravesado la enfermedad
- La función de los psicooncólogos, la figura clave para el acompañamiento de pacientes de cáncer de mama: "Es un grandísimo avance"
Es cierto -sostiene del Campo- que ya se conocía que los familiares también condicionan a la microbiota final del niño, pero es la primera vez que se pone de manifiesto la influencia del padre. "Eso en cierta medida, iguala la responsabilidad de ambos padres de dotar de buenas bacterias al niño", afirma.