La migraña es es un tipo de cefalea o dolor de cabeza que representa en España la enfermedad neurológica más prevalente en España : más de 5 millones de personas la padecen y un 15% sufren migraña de forma crónica, esto es, tiene dolor de cabeza más de 15 días al mes y por ello se trata de una de las enfermedades más incapacitantes que dificultan realizar un vida normal.
Todavía se desconoce mucho acerca de ella y es por ello que desde la Academia Americana de Neurología han estudiado cuáles son los factores que podrían desencadenar una migraña para ayudar a los profesionales a mejorar el tratamiento y la prevención de esta enfermedad.
En esta investigación, realizada por neurólogos americanos y publicada recientemente en la revista 'Neurology', participaron 477 personas de entre 7 y 84 años, incluidas 291 mujeres. De ellos, casi la mitad tenía antecedentes de migraña y el 59% tuvo al menos un ataque de dolor de cabeza matutino durante el estudio.
Los científicos pidieron a los participantes que a través de una aplicación móvil registrasen y calificarsen su estado de ánimo, energía, estrés y dolores de cabeza, así como la calificación de la calidad de su sueño una vez al día (usaron para ello monitores de sueño) y actividad física.
Los factores predisponentes al dolor de cabeza
- Una mala calidad del sueño percibida y una calidad de sueño inferior a la habitual la noche anterior, se asociaban con un mayor riesgo de sufrir migraña a la mañana siguiente. También un nivel de energía más bajo de lo habitual también se asoció con una migraña a la mañana siguiente.
- Mayores niveles de estrés y tener una energía superior al promedio del día anterior son los predictores de un dolor de cabeza por la tarde o por la noche.
Con más detalle, los resultados de esta estudio fueron los siguientes: aquellas personas que tuvieron una peor calidad del sueño tenían un promedio de un 22% más de posibilidades de sufrir un ataque de dolor de cabeza a la mañana siguiente y la disminución en la calidad habitual del sueño con un aumento del 18% en la probabilidad de sufrir un ataque de dolor de cabeza a la mañana siguiente.
Por otro lado, se registró también un aumento de un 16% de posibilidades de sufrir migraña a la mañana siguiente cuando la persona tenía una disminución en el nivel habitual de energía el día anterior.
En el otro lado, hubo un 17% más de posibilidades de tener dolor de cabeza por la tarde o por la noche, mayores niveles promedio de estrés y energía sustancialmente más alta de lo habitual el día anterior.
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Tal como explica Kathleen R. Merikangas, PhD, del Instituto Nacional de Salud Mental y autora del estudio en la web oficial de la Academia Española de Neurología , "estos diferentes patrones de predictores resaltan el papel de los ritmos circadianos en el dolor de cabeza", hallazgos que "pueden darnos una idea de los procesos subyacentes a la migraña y ayudarnos a mejorar el tratamiento y la prevención".