La hora de la comida y de la cena probablemente sea en muchas casas una gran guerra que lidiar cada día con nuestros hijos/as: bien porque no quieren comer verduras o pescado, que suelen ser los alimentos que más suelen rechazar los niños/as, o porque simplemente no comen como deberían: no se comen todo lo que hay en el plato, rechazan alimentos sanos, enredan, protestan, comen muy lento...

Todo como siempre con los niños, todo va por rachas: hay épocas que 'comen fenomenal' y otras que 'no hay por dónde cogerlos'. ¿Qué podemos hacer entonces cuando los niños no comen bien? ¿Qué hacer para que realmente lleven una alimentación sana y no rechacen productos y alimentos saludables? ¿Qué consejos tener a mano para que los niños y niñas coman como deben? Y además, sin castigos.

Suele ser a partir de los dos años, cuando los niños/as empiezan a rechazar alimentos que antes comían sin problema, pero es importante "iniciar el proceso de aprendizaje para comer saludable lo antes posible", explica a laSexta.com el Dr. Julio Alvarez Pitti, coordinador del Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y jefe del Servicio de Pediatría, Unidad de Riesgo Cardiovascular del Hospital General de Valencia.

Así, el doctor ofrece 5 claves fundamentales para ayudar a las familias (o al menos intentarlo) a que nuestros hijos/as coman bien y mejor.

1. Enseñarles cuanto antes a comer sano

La primera clave es por tanto que "no hay que esperar a los dos años para preocuparnos por enseñar a nuestro hijos a comer, sino cuanto antes, mejor", afirma el doctor Álvarez. "A los 2 años, ya el niño/a tiene adquiridos mucho hábitos, que pueden ser bueno o no tan buenos. Por lo tanto, cuanto antes, mejor", añade el experto, quien también investigador del CIBEROBN.

Por tanto, si tenemos en cuenta la forma tradicional de introducción de los alimentos, "ya a partir de que aparece la dentición, podemos pasar a alimentos blandos, sólidos, algo que suele ocurrir en el primer año de vida".

Así que estos alimentos saludables, fundamentalmente frutas y verduras, que ya se los estábamos administrando en forma de puré, "han de convertirse en la fuente principal de alimentos", añade el experto. Por otro lado y en niños donde se decide utilizar otras metodologías, como el Baby Lead Weaning, la introducción de estos alimentos sólidos se hace antes, tal y como explicamos en el artículo enlazado.

2. Dar ejemplo como adultos

Por otro lado, otra de las claves fundamentales que debemos tener en cuenta para iniciar el proceso de aprendizaje para comer saludable es dar ejemplo como adultos. "Para enseñar algo, es fundamental el ejemplo. Así que si queremos enseñar a comer alimentos saludables a nuestros hijos, es imprescindible que los padres los coman", explica el doctor.

Si cuando vamos a ser padres/madres no tenemos unos hábitos de alimentación adecuados, el embarazo es un momento estupendo de ir cambiando estos hábitos alimentarios. "De hecho, cuanto mejor coman los padres durante el embarazo, menor ganancia ponderal de la madre, e incluso a través de la leche materna: si la madre toma verduras y frutas, este sabor puede ir pasando al bebé y va familiarizándose con ellos", señala el pediatra.

3. Entender la importancia de la alimentación saludable

Otro de los consejos claves que entender por parte de las familias que "las frutas y las verduras tienen que ser mayoritarias en la dieta de toda la familia", afirma el doctor Álvarez. Así y siguiendo las recomendaciones del plato de Harvard, la mitad de lo que come una persona han de ser frutas y verduras. Otro cuarto deben ser cereales integrales y el cuarto restante proteínas. "Si esto es lo que ofrezco a mis hijos desde el comienzo, es lo que van a aprender a comer", insiste.

Por otro lado, es fundamental también "no ofrecer o bien minimizar los alimentos ultraprocesados a los pequeños/as. "Si nosotros ofrecemos este tipo de alimentos, con tanto sabor, con tanta grasa, con tanta azúcar, con tantos potenciadores de salud, nuestros hijos lo compararán con el sabor de los alimentos saludable y enseguida empezarán a reclamar los ultraprocesados y abandonaran los saludables".

Y es que "no hay comparación en cuanto a potencia de sabor entre unas patatas fritas precocinadas y el brócoli… Por ello, cuanto menos alimentos no saludables, menos competencia y más fácil es introducir los saludables", explica.

4. Cómo introducir alimentos nuevos: repetir y repetir

"Existen múltiples estudios que hablan que para aprender a comer un alimento, hay que probarlo entre 8 y 12 veces", explica el doctor. Es por ello que como cualquier tipo de aprendizaje es necesario repetir y repetir. Inicialmente -recomienda- con poca cantidad, iniciando con las verduras de colores más llamativos o las que mejor acepten los niños y poco a poco ir incrementado las cantidades que queremos que coman así como la variedad.

De esta manera se trata de luchar contra la neofobia alimentaria o el rechazo natural que la mayoría de las personas tenemos a alimentos nuevos, y sobre todo a aquellos con sabores poco potentes o algo insípidos o amargos, como pueden ser algunas frutas y verduras.

5. Cosas que SÍ y que NO hacer con los niños/as para que coman

Y por último, la pregunta clave y muy relacionada con la anterior es: ¿cómo conseguimos que los niños repitan esos alimentos que nosotros les introducimos como son las verduras, por ejemplo?

"Una vez más, es fundamental el ejemplo. Que vean a los padres comerlo, el hacerlo en un entorno agradable, donde no se vea el comer estos alimentos como castigo…pero sin ofrecer opciones no saludable si el niño/a se niega a comerlo. Además, existen varias publicaciones que apoyan estos principios", explica el doctor Álvarez.

Así y de forma más detallada, el pediatra señala algunas acciones que según los estudios y las investigaciones no podemos hacer (y otras que sí) scon los pequeños a la hora de la comida. Son las siguientes:

Cosas que no hay que hacer con los niños

  • Castigar
  • Chantajear/coaccionar
  • Enfadarse
  • Esconder el sabor de los alimentos en otros no saludables que les gusten
  • Ofrecer un alimento no saludable si se come el saludable (por ejemplo un postre)

Cosas que sí podemos hacer con los niños

  • Crear una ambiente agradable a la hora de comer.
  • Comer con ellos y lo mismo
  • Hacer atractivo el plato
  • Mezclar sabores o cambiar texturas, pero siempre con alimentos saludable.
  • Premiar el comportamiento con demostración de cariño, con refuerzo positivo

Por último, es importante hacer hincapié en que no debemos obligar a los pequeños a comer. "Hay mucha base científica sobre el efecto negativo que tiene obligar a comer. Desde la lactancia, el sobrealimentar y no respetar la sensación de plenitud del lactante puede favorecer la hiperfagia y a medio y largo plazo al obesidad. Lo mismo en épocas posteriores", explica el pediatra.

Muchas veces, los padres/madres pensamos que los niños comen menos de lo que necesitan, "pero son los niños los que sienten o no la saciedad. Por ello, hay que respetar la cantidad de comida que quieren ingerir, siempre y cuando el peso y la tallan no se vean afectados", concluye el doctor Álvarez.