Sí, no es nada raro: la playa cansa, incluso en ocasiones, más que después de un día normal de trabajo. Pero esto, que seguro que muchos hemos notado y sentido en nuestras propias carnes, tiene una explicación científica y así nos lo expone a laSexta el Dr. Alberto Kramer, médico de Familia de Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Después de tomar el sol, nuestro cuerpo lucha por bajar la temperatura corporal. "El mecanismo es conocido como la termorregulación. A mayor termorregulación, mayor gasto energético para perder temperatura y que sintamos más confort", explica el doctor.
Y este ajuste de temperatura se lleva a cabo mediante la sudoración, esto es, "a mayor trabajo de nuestro organismo, mayor sudoración y mayor deshidratación. Eso es lo que va a conllevar ese cansancio al final del día", añade.
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Además, cuando la temperatura ambiental se eleva, las venas se dilatan y esto hace que la tensión arterial disminuya, algo que puede provocar "cierta sensación de debilidad".