En 2020, se diagnosticaron en España más de 270.000 nuevos casos de cáncer, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), cifra similar a la del 2019. Una realidad que no espera ni avisa y para la que nadie está preparado. Porque cuando el cáncer entra en una familia, no sabemos muy bien cómo actuar ni cómo ayudar a nuestro ser querido recién diagnosticado de esta enfermedad.
Los familiares a veces se desbordan y se olvidan casi de sí mismos, cuando es importante hacerles ver que ellos también han de cuidarse. Sobre todo si el paciente tiene que seguir un tratamiento duradero. Que las personas que van a vivir de cerca todo el proceso, tienen también que cuidarse física y psicológicamente. Que para cuidar bien, han de cuidarse también ellos.
¿Pero quién nos enseña a gestionar psicológicamente hablando todas esas emociones y malos momentos que habrá en el camino? ¿Cómo cuidar y proteger nuestra salud mental? ¿Cómo podemos ayudar y ayudarnos?
"Que el familiar pida ayuda psicológica es un recurso muy inteligente. Porque eso va a beneficiar a los dos: al familiar y al paciente. Si quieres ayudar a tu ser querido, ayúdate a ti mismo porque tú tienes que estar bien", afirma a laSexta Marta de la Fuente, responsable del Servicio de Psicooncologia del Hospital MD Anderson de Madrid y psicóloga del centro Área Humana (Madrid).
Que el familiar pida ayuda psicológica es un recurso muy inteligente. Porque eso va a beneficiar a los dos: al familiar y al paciente
"Solemos ver mucha sobrecarga en los acompañantes porque creen que no necesitan esa ayuda o porque consideran que es un síntoma de poca fortaleza cuando es un síntoma de inteligencia y de mayor implicación en el proceso", asegura esta profesional. Es importante saber que si queremos ayudar a nuestro ser querido, tenemos que ayudarnos también a nosotros mismos. Si nosotros no estamos bien, ayudar será más difícil.
En estos casos, se recurre a los servicios de psicología del propio hospital, bien al personal externo que trabaja con el propio hospital o a asociaciones de pacientes que dan asesoramiento y apoyo emocional.
"Las familias y los pacientes pueden solicitar dicha ayuda en el propio hospital, a través de personal médico o de enfermería. O bien pueden ser estos profesionales quienes detecten esa necesidad y propongan la intervención especializada en cada caso. En el sistema sanitario está incluida la atención psicooncológica que es proporcionada por profesionales altamente cualificados", explica Violeta Suárez Blázquez, psicóloga clínica del Programa de Psicooncologia del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda.
"También la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ofrece diferentes servicios de asesoramiento y orientación que ayudan en muchas ocasiones a despejar dudas, orientar los cuidados y compartir con otras personas y familiares las dificultades que se van encontrando", añade la experta.
Igualmente, si ya conocemos de alguna asociación de carácter más local, también podemos ir directamente allí para que nos asesoren y nos ayuden. No obstante, lo mejor es preguntar al equipo de oncología -tanto médicos como enfermeras- del hospital que está tratando al paciente para que sean ellos quienes asesoren y orienten a los familiares sobre los recursos psicológicos disponibles, según las necesidades y las condiciones de cada familia.
Cuando se realiza un tratamiento de cáncer se producen cambios, físicos, emocionales y también estructurales en el núcleo familiar. "Según el diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento requerido se abre un camino que para cada familia va a requerir un esfuerzo de adaptación más o menos grande según sus circunstancias", sostiene Suárez.
Que los familiares no duden en pedir ayuda cuando la necesiten, que sepan que van a contar con el apoyo de todos los profesionales involucrados
En cualquier caso, es recomendable que "las familias hablen con el personal sanitario, que expongan sus dudas, sus preocupaciones y sus temores sobre el proceso que tienen que afrontar. Es fundamental estar bien informados, saber a qué nos vamos a enfrentar", recomienda la experta. Y sobre todo, si así lo necesitan, "que no duden en pedir ayuda cuando la necesiten, que sepan que van a contar con el apoyo de todos los profesionales involucrados".
Los familiares deben saber que "ellos van a ser el apoyo fundamental del paciente, que necesita a alguien que le dé confianza y tranquilidad en los momentos de desánimo. Por eso los familiares también necesitan ser cuidados, sobre todo cuando es un proceso largo y los cuidados recaen, fundamentalmente, en una sola persona", asegura.
Consejos para ayudar y ayudarnos
Hay algunas claves fundamentales que ayudarán a los familiares a gestionar mejor todo el proceso de enfermedad, que les aliviará también a ellos y podrán así ayudar mejor a su familiar con cáncer. Marta de la Fuente nos ofrece 3 consejos fundamentales que seguro nos ayudarán cuando no sepamos qué hacer o cómo actuar con nuestro ser querido.
1. No reprimir las emociones
Uno de los errores que a veces comenten las familias, con toda la mejor intención del mundo, es intentar que su ser querido no sufra.
"A veces consideran que ayudar es intentar que no sufra su persona querida y muchas veces les cuesta mucho soportar el sufrimiento y aceptar ese estado emocional negativo, y se ponen como objetivo un objetivo que imposible: el que no sufra. No podemos frenar los lloros ni reprimir las emociones negativas". Y esto es algo, apunta dela Fuente, que se suele trabajar con los familiares a nivel psicológico porque suele ser algo muy común en las familias.
2. No interpretar, mejor escuchar
No es fácil en los malos momentos saber qué quiere nuestro familiar. Por ello, "cuando tengas dudas de cómo actuar ante tu ser querido, no interpretes y pregúntale directamente lo que necesita. Por otro lado, también es aconsejable evitar frases del tipo: 'tienes que' o 'debería de', mejor enunciarlo a modo de pregunta: ¿Qué te parece si...? ¿Y si hacemos esto o lo otro?", aconseja.
Y cuando no sepamos qué decir, mejor mantengamos el silencio, porque además el silencio es algo que se valora mucho. Igualmente, "cuando nuestro familiar tenga necesidad de expresarse, solamente escuchemos: no siempre es necesario responder o argumentar, simplemente permite ese espacio para que se exprese".
3. Que no gire todo en torno al cáncer
Es importante también que durante el tratamiento de la enfermedad no todas las conversaciones giren en torno al cáncer y a la enfermedad, que dentro del proceso, se intente llevar una vida lo más normalizada posible. Eso sí, es fundamental siempre que hay un espacio para dedicar a esos miedos y a esas preocupaciones porque es algo muy saludable.
Por último, es muy importante que los familiares no tengan miedo a desahogarse con su ser querido: "Tú también tienes derecho a sentir y además es algo totalmente adaptativo", finaliza de la Fuente.
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