Han pasado unos dos meses desde que el 'Wordle' apareció en nuestras vidas. Desde entonces, cada día una nueva palabra. Reservamos un momento del día -casi siempre el mismo- para jugar al Wordle: ¿cuántas palabras llevas acertadas hasta el momento?
Tan de moda -o tan viral- se hizo este juego que hasta el mismo 'The New York Time' terminó comprándolo, en su versión en inglés, claro. Podemos jugar cada día al Word español (ahora también en modalidad científico y con tildes), catalán, gallego, portugués, chileno, argentino (boludle), italiano, etc.
Es el Wordle una especie de pasatiempos, como un crucigrama o como el viejo Lingo de principios de los 90 que emitía La 2 de Televisión Española y presentaba Ramoncín. ¿Pero por qué nos gusta tanto, por qué nos engancha tanto este juego de cuadrados verdes y amarillos? ¿Qué nos lleva realmente a jugar a él cada día?
¿Puede, por otro lado, como muchas veces se piensa, este tipo de juegos reportarnos beneficios a nivel cognitivo? Es decir, si hacemos muchos pasatiempos, ¿estamos realmente entrenando la mente y eso es bueno para nuestra cognición? Respondamos antes a la primera pregunta.
Según explica a laSexta.com Loreto Justribó Medina, psicóloga general sanitaria, especializada en TCA y dependencia del Instituto Psicológico Claritas, en Madrid, el éxito que tiene para nosotros el Wordle podría explicarse por cuatro factores.
Las 4 claves del éxito del Wordle
En primer lugar, y a nivel más neuronal, sería la dopamina que se libera cuando realizamos este tipo de juegos. "La dopamina es una de las cuatro hormonas que generan sensación de felicidad. En concreto, la dopamina es la hormona del placer. Está relacionada con la finalización de objetivos o alcance de metas", explica Justribó.
En el Wordle a través de los cuadros iluminados verdes y amarillos, "se consigue un feedback inmediato de los “logros” que has tenido. Además, al tener un número limitado de intentos, la consecución de la palabra nos genera esta sensación de 'plenitud'", añade.
En segundo lugar es la facilidad de compartirlo. "Como individuos en sociedad, nos gusta compartir experiencias, sentirnos parte del grupo y sintonizar nuestros estados internos con los de los demás. A esto han ayudado mucho las redes sociales que aportan inmediatez", explica la experta.
Una de las claves del éxito del Wordle es su facilidad para compartirlo: como individuos en sociedad, nos gusta compartir experiencias, sentirnos parte del grupo y sintonizar nuestros estados internos con los de los demás
Además, por otro lado, fomenta la comparación de los resultados de otros con tu propio rendimiento. "Aunque existen personas que, ni comparten ni observan los resultados de otros, sí que pueden tener esa parte competitiva activada con ellos mismos 'hoy lo conseguí al segundo intento, eso quiere decir que estoy mejorando'. Estas comparaciones pueden hacernos sentir realizados y más inteligentes cuando salimos vencedores y 'picarnos' cuando en esas comparaciones salimos perdiendo".
En tercer lugar -explica la psicóloga- porque el Wordle nos supone un reto abarcable. Es decir, "el desafío no es ni muy fácil ni muy difícil, lo que ayuda a mantener ese punto de atención necesaria sin frustración y a conseguir que podamos superar el reto. Además, genera la sensación de estar realizando una tarea significativa que entrena el cerebro por lo que la satisfacción es mayor".
Y por último, otra de las razones por las que cada día reservamos un hueco del día para "hacer la palabra" es precisamente la imposibilidad de realizar 'maratones de juego'. Así consiguen que el reto no se banalice o se haga repetitivo y que se incluya en nuestras rutinas".
¿Tiene beneficios a nivel cognitivo jugar al Wordle?
Como cualquier respuesta, todo tiene sus matices. Por regla general, no podemos decir que tenga demasiados beneficios pero se podría decir que los tiene en su justa medida.
Tal como explica Justribó, "en el caso del Wordle se activan los lóbulos frontales y prefrontales del cerebro que están relacionadas con la atención y la memoria de trabajo. Esto no quiere decir que el Wordle u otros juegos de este tipo ayuden, de manera aislada, a entrenar nuestras funciones cognitivas".
Además, es importante recordar que "en el momento en que empezamos a crear estrategias, como por ejemplo, empezar siempre con la misma palabra, se quita carga a estos procesos atencionales y de memoria, por lo que se pierde ese input de entrenamiento".
En el caso del Wordle se activan los lóbulos frontales y prefrontales del cerebro que están relacionadas con la atención y la memoria de trabajo, pero esto no quiere decir que este juego u otros ayuden, de manera aislada, a entrenar nuestras funciones cognitivas
Es como cuando empezamos a entrenar en el gimnasio: "al principio me costará entrenar el bíceps con una pesa de 3 kg, pero, si con el tiempo no introduzco un nuevo estímulo, el entrenamiento se estanca", sostiene esta experta recordando unas palabras del psicólogo cognitivo Jonathan King: "existen pocas evidencias de que existan juegos o entrenamientos que se traduzcan en una protección a largo plazo del deterioro cognitivo". Pero esto no quiere decir que "no sea bueno realizar alguna actividad de este tipo, pero deberían combinarse buscando nuevos retos", añade.
Algo parecido pasaría por ejemplo con otros juegos tipo Sudoku. Igualmente, "el Sudoku exclusivamente, no tiene la capacidad de mantenimiento de nuestra función cognitiva, pero sí de entrenamiento de algunas partes. En este caso, además de entrenarse la atención y la memoria a corto plazo, también se entrena, en parte, el pensamiento lógico matemático. El beneficio que podemos encontrar del Sudoku frente al Wordle sería que, en el primero, se puede variar la dificultad, por lo que nuevos estímulos ayudarían a la tarea", explica esta profesional.
Por lo que en general, podemos concluir que realizar este tipo de juegos o pasatiempos de manera aislada no va a hacer que protejamos nuestra función cognitiva. "Esto no quiere decir que no sean beneficiosos, todo lo que sea retar la mente es cuidarla", escribe la experta.
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Tampoco lo contrario, es decir, no ser bueno en el Wordle no significa que seamos más o menos inteligentes. Porque sencillamente, "tener buen rendimiento en el Wordle quiere decir que has conseguido más experiencia y que se te da bien esta tarea. En estudios con otro tipo de juegos parecidos, como el Scrabble, se ha encontrado que las personas con gran desempeño en el juego luego no tienen un mejor rendimiento en otras actividades. Son, simplemente, personas expertas en Scrabble".