A veces, los Reyes Magos fallan. Aunque sea con la mejor de sus intenciones. Y es que algunas veces como padres y madres no nos gusta lo que le han traído a nuestros hijos/as. Porque no queremos por ejemplo, que juegue con pistolas de juguete, que use móviles o tabletas o porque consideramos que es todavía es muy pequeño/as para este juguete.
Sea por el motivo que sea, cuando los niños son pequeños, lo mejor es hablar antes con los familiares y gestionar esos juguetes y regalos de Reyes. No sólo el qué sino también la cantidad, para así evitar que los niños se junten con demasiados juguetes, porque además, muchas veces enfocamos la Navidad en los regalos.
"Y las navidades en realidad son una época preciosa para regalar conexión emocional y sobre todo, presencia. Cuando le preguntamos a los niños/a qué es lo que más quieren, siempre dicen estar con sus padres. Y lo que más recuerdan realmente son los momentos que han pasado con ellos disfrutando de una merienda o de una experiencia juntos en un parque de atracciones, etc.", afirma a laSexta.com Diana Jiménez (@dianajimenezpsicologa), psicóloga especialista en Infancia, Adolescencia y Pareja, y miembro de la comunidad Educar es todo.
No obstante, y en cuestión de los regalos de Reyes Magos, "lo mejor es hablar antes con la familia y acordar los regalos de antemano con la familia", sostiene la experta. Es verdad que normalmente, los familiares y amigos cercanos que regalan a los pequeños ya conocen el estilo educativo de las familias, lo que indica a los familiares lo que comprarle a los pequeños, en el caso de que los niños no saben el secreto de los Reyes Magos (si lo saben, pueden preguntarle directamente a los niños); y suelen además también preguntar a los padres qué es lo que quiere el niño/a.
"Y si no lo preguntan, nosotros como padres/madres sí podemos hacerlo: podemos preguntar a la familia, incluso orientales a la hora de regalar y darle ideas", explica Jiménez. Porque muchas veces, los familiares no saben qué regalar y están perdidos a la hora de comprar ese regalo para su nieto, sobrina o persona querida.
De hecho, hay muchas veces que los papás compran en regalo y lo reparten en las diferentes casas de la familia y amigos, y luego éstos les dan el dinero de lo que haya costado ese regalo. "Es cuestión de hablarlo y de llegar a un acuerdo".
Qué hacer si no nos gusta el regalo que los Reyes le han traído a nuestros hijos/as
Pero ¿qué pasa si el abuelo o el tío regala por ejemplo, una tablet o un videojuego y tú no quieres que todavía tu hijo tenga esos objetos? En este caso, aconseja Jiménez, podemos hacer dos cosas.
Por un lado, podemos decirle al niño que la 'tablet' se queda en casa de los abuelos y que solo va a usarla cuando vaya allí y así minimizar el uso de las pantallas. O bien, y por otro lado, si no queremos, como padres, que bajo ningún concepto use aún estos dispositivos, podemos entonces llevarla a casa y guardarla hasta que consideremos que tenga la edad para usarla. Y se lo decimos al niño -nunca delante de los abuelos o de la persona que le haya regalado la tablet- de una forma amable.
Porque es importante que las cosas se hagan de forma amable y sobre todo, agradecida. Así y según aconseja la especialista en psicología, "de la mejor forma se lo decimos al niño: los abuelos (o el familiar que sea) han pedido la tablet a los Reyes Magos con la mejor de sus intenciones pero es mejor que la uses cuando seas más mayor. O la hemos devuelto. Y realmente, no hay que hacer más drama porque va a tener muchos más regalos", afirma la experta.
E igualmente, decírselo también a los familiares, siempre sin el niño delante. Por ejemplo, podemos decir algo así: "Os lo agradecemos mucho, sabemos que lo habéis hecho con vuestra mejor intención, pero creemos que aún es demasiado pequeño para usar pantallas. Si tenéis oportunidad de cambiarlo o devolverla genial, y si no la guardamos y se la damos cuando el niño sea más mayor".
Una idea para hablar con los familiares: la técnica del 'sándwich'
Una técnica muy buena para hacerlo se llama la 'técnica del sandwich'. Esto es, tal como explica Jiménez. En primer lugar, empezamos diciendo algo bueno. Por ejemplo "agradezco que hayáis pensando en este regalo para nuestro hijo, muchas gracias por pensar en él, por hacerle un regalo y por todo el cariño que le teneis, etc".
Después, en segundo lugar o "en el medio", decimos lo que realmente queremos transmitir. Algo así como "¿qué parece por ejemplo, si lo cambiamos por un juego de madera que al niño/a le gusta mucho y seguro que le va encantar?". Y finalmente, y en tercer lugar, terminar otra vez por el agradecimiento y decirle a los familiares el cariño que sentimos hacia ellos.
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Pero sin duda, y para que no haya problemas, recuerda y concluye Jiménez, "la clave es acordar los regalos de antemano con la familia y sobre todo que demos ideas, porque a veces los familiares no saben qué comprar y como hemos dicho, se sienten perdidos. Lo mejor es aportar ideas".