Más de 7 millones de personas tienen artrosis en España, una enfermedad reumatológica y crónica que consiste en el desgaste del cartílago y cuyo síntoma principal es el dolor. Para paliar ese dolor y mejorar la calidad de vida de los afectados, es importante tener en cuenta tres claves fundamentales.
Es importante diferenciar la artrosis de la artritis ya que muchas personas tienden a confundirla aunque sea sólo porque suenen parecido. La artrosis es una enfermedad reumatológica que consiste en la desgaste del cartílago de la zona afectada (mano, rodilla, cadera...) mientras que la artritis -también enfermedad reumatológica- consiste por su parte, en una inflamación en la articulación (la padecen en España más de 200.000 personas).
"El principal síntoma de la artrosis es el dolor pero también puede haber deformidad y discapacidad funcional. Cuando una persona tiene una artrosis muy avanzada, suele tener dificultades de movimiento. Por ejemplo, si es una artrosis de rodilla, la persona puede tener dificultades para caminar, si es una artrosis de mano, se puede tener incluso problemas para hacer actividades minuciosas con las manos, etc.", explica a laSexta la doctora Montserrat Romera, reumatóloga, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y profesora de la Universitat Internacional de Catalunya.
El principal síntomas de la artrosis es el dolor pero también puede haber deformidad y discapacidad funcional
Existen varios tipos de artrosis, según la zona afectada: artrosis de mano, artrosis de rodilla, artrosis de cadera, artrosis lumbar y artrosis cervical. Según datos del estudio EPISER (Prevalencia de enfermedades reumáticas en la población española) de la SER, la artrosis de rodilla con una prevalencia del 12,83% y la artrosis de mano (7,73%) son las más frecuentes.
En la actualidad, las investigaciones van dirigidas a tratar de la artrosis de una forma más personalizada ya que "se está observando que existen diferentes fenotipos de artrosis, esto es que no es lo mismo una artrosis mecánica que una artrosis inflamatorios o aquella artrosis que está relacionada directamente con el envejecimiento o incluso una artrosis metabólica que son las que ocurre de forma secundaria a la obesidad. Por lo que no vamos a poder tratar todas las artrosis igual sino en función del patrón que tenga cada paciente. Y será por tanto, una intervención más personalizada", afirma Romera.
En la actualidad, la artrosis representa casi la cuarta parte del total de los pacientes atendidos en las consultas de reumatología. Una de cada 4 personas en España tiene alguna de las 200 enfermedades reumáticas que existen.
Fármacos, dieta mediterránea y ejercicio
Para el tratamiento de la artrosis, para mejorar sus síntomas y sobre todo la calidad de vida de los pacientes, "la investigaciones van dirigidas a que la enfermedad no progrese, a que la persona tenga el menor dolor posible y especialmente a que los pacientes pueden tener una buena calidad de vida", explica Romera.
En cuanto al tratamiento farmacológico, enfocado al tratamiento del dolor, existen antiinflamatorios -que depende de en qué estado se encuentre la artrosis- se usarán bien antiinflamatorios por vía oral o por vía tópica. "Además, y en ocasiones, están también indicadas las filtraciones, en el caso por ejemplo, de que haya mucha inflamación en la zona afectada", señala la experta.
Sin embargo, además del tratamiento farmacológico, más importante incluso que éste, es el tratamiento no farmacológico que consisten fundamentalmente en dos vías: en el control del peso, es decir, en tener un peso adecuado y saludable evitando el sobrepeso y la obesidad; y sobre todo en la práctica de ejercicio físico. En esta campaña de la SER, Reumafit, habla sobre la importancia del ejercicio físico en los pacientes reumáticos.
Muchos pacientes piensan que el ejercicio físico les va a producir dolor, cuando es todo lo contrario: los estudios indican que la práctica de ejercicio físico (siempre adaptado a las necesidades de cada paciente) es segura y eficaz
"Muchos pacientes piensan que el ejercicio físico les va a producir dolor, cuando es todo lo contrario: los estudios indican que la práctica de ejercicio físico de forma regular -y adaptada siempre a la edad y condiciones físicas- es segura y sobre todo, eficaz. Es más, se ha visto y comprobado que aquellos pacientes que hacen ejercicio físico toman menos fármacos para el dolor", asegura Romera.
En cuanto al ejercicio físico indicado que se recomienda para los pacientes con artrosis sería exactamente los mimos que indican las recomendaciones de actividad física de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto es, como mínimo 150 minutos a la semana de ejercicio aeróbicode forma moderada (correr, caminar, bailar, montar en bicicleta...) o bien 75 minutos de ejercicio aeróbicos de forma intensa. Es importante además, sumar ejercicios de fuerza, claves para mejorar el músculo o aumentar la masa muscular.
"Son especialmente importante los ejercicios de fortalecimiento muscular -sobre todo en la artrosis de rodilla y en la artrosis de cadera- porque a mayor musculatura, menor sufrimiento de la articulación. Si no se puede seguir estas recomendaciones de la OMS, mejor será siempre hacer un poco de ejercicio que nada. Aunque el mensaje que estamos dando los profesionales es que se intenten seguir esas recomendaciones de la OMS", afirma la doctora Romera.
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Por último, la otra pata fundamental de ese tratamiento no farmacológico para la artrosis es llevar una dieta saludable para así prevenir el sobrepeso y la obesidad. En cuanto a la dieta, se ha demostrado -explica Romera- que la dieta mediterránea o el patrón de dieta mediterránea es una dieta antiinflamatoria. "Se ha visto además que la obesidad tiene entre 4 y 5 veces más de posibilidades de tener una artrosis, es por tanto, uno de los factores de riesgo para la aparición de esta enfermedad".