La hipertensión es uno de los principales factores cardiovasculares que existen, es decir, ser hipertenso aumenta el riesgo de tener una enfermedad cardiovascular que son en España, la primera causa de muerte con el 30% de los fallecimientos.
Pero si la hipertensión se mantiene controlada con medicación y hábitos de vida saludables, se puede llevar una vida (casi) normal. Con calidad de vida. No hace falta “sufrir” ni privarse de cosas, como la sal.
Para ello, para controlarla y cuidarla, es importante tener en cuenta al menos 3 cosas. Primero, llevar un estilo de vida saludable. Segundo, no abandonar en ningún momento la medicación pautada por el médico. Y tercero, dejar de lado ciertos mitos. Por ejemplo, no hace falta abandonar la sal pero sí reducir su consumo ni tampoco hace falta, ni mucho menos, comer soso: existen muchas alternativas para dar sabor a los platos sin necesidad de sal o de tanta sal.
Cuida tu hipertensión: es para toda la vida
“La hipertensión arterial es para toda la vida. El 94% de los pacientes con hipertensión tiene hipertensión esencial y por tanto la tendrá para toda su vida. El resto son hipertensiones secundarias, derivados de diferentes patologías y por ende, solucionando éstas, se soluciona también la hipertensión”, afirma a laSexta el Dr. Vicente Pallarés Carratalá, coordinador del grupo de trabajo de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Por tanto, al igual que un matrimonio, “si lo hacemos bien y nos respetamos el uno al otro, la hipertensión nos va a respetar también a nosotros. Y por tanto, vamos a vivir mejor y con mejor calidad de vida”, añade el doctor. "Aquellas personas que tienen controlada su hipertensión, que saben cómo gestionarla, que tienen la educación y la formación adecuada en cuanto a su enfermedad, no deberían tener ningún problema".
Al igual matrimonio, si nos respetamos el uno al otro, la hipertensión nos respetará también a nosotros
Y tener esto en cuenta es importante porque la cifra de hipertensión en España no es precisamente baja. Según datos del estudio Di@abet.es,el 42,6% de la población adulta española mayor de 18 años es hipertensa, más los varones (49,9%) que las mujeres (37,1%).
Otros trabajos como el estudio IBERICAN de Semergen que pretende conocer e identificar los factores de riesgo de más 8.000 pacientes atendidos en consultas de Atención Primaria y cuya edad media es de unos 57 años, señala que el 48% de los participantes tiene hipertensión.
Recordemos que, según explica la Fundación Española del Corazón (FEC),“la hipertensión arterial (HTA) es el aumento de la presión arterial de forma crónica con valores iguales o superiores a 140 mm de Hg (mercurio) de presión sistólica y 90 mm de Hg de presión diastólica”.
No olvides ni un día la medicación en verano
Al igual que en el resto del año, en verano no podemos relajarnos y debemos igualmente cuidar nuestra hipertensión. Hay ciertas épocas del año, todas ellas relacionadas con vacaciones, como puede ser el verano y las navidades, en el que algunos pacientes se relajan.
En verano, no podemos tener 'vacaciones terapéuticas'. No podemos abandonar la medicación ni un día
Según explica Pallarés, cuando vienen ciertos periodos vacacionales, hay muchos pacientes que hacen lo que llamamos ‘vacaciones terapéuticas’: dejan el tratamiento porque se encuentran bien y vuelven a tomarlo después de las vacaciones. Y eso es un error: "no podemos dejar de tomar el tratamiento médico, al igual que no dejamos de comer o de dormir".
Estar bien hidratados, sobre todo en las olas de calor
Tener una buena hidratación es fundamental, por lo que ahora en verano con altas temperaturas y las olas de calor que vendrán a lo largo de estas semanas, es importante “aumentar la cantidad de líquidos para estar bien hidratados”, afirma el experto. No solo agua, también podemos recurrir a bebidas tan sanas y refrescantes como el gazpacho. Es importante eso sí, evitar o reducir el consumo de alcohol o bebidas carbonatadas porque deshidratan mucho.
Algunos consejos que ofrece por su parte la Fundación Española del Corazón (FEC) además de beber suficiente cantidad de agua (unos 2,5 litros en personas adultas), serían los siguientes: evitar en lo posible estar en espacios abiertos sin sombra en las horas centrales del día; no esperar a tener sed para beber agua; consumir alimentos ricos en agua como frutas y hortalizas frescas y como hemos dicho, controlar la ingesta de alcohol.
Seguir la dieta mediterránea
Seguir una dieta sana es fundamental no solo para las personas hipertensas sino para toda la población en general. Ésta se caracteriza fundamentalmente por el consumo de frutas y verduras; cereales -preferentemente integrales-, legumbres, pescados, huevos, carnes blancas (los carnes rojas y procesadas son para consumo ocasional) y un consumo moderado de lácteos.
Uno de los mayores estudios sobre dieta mediterránea hecho en el mundo, el conocido estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), concluía que seguir una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva y frutos secos, reducía hasta un 30% el riesgo cardiovascular.
Al final, todo se traduce en tres aspectos claves, sostiene el doctor Pallarés: producto fresco, de temporada y de cercanía, el que compras en el mercado. Y evitar en la medida de lo posible, todo lo que sea procesado o ultraprocesado que es donde se encuentra la gran mayoría del sodio que tomamos. Por tanto "se puede comer de todo, siempre que se adapte a la dieta mediterránea. Ser hipertenso no tiene que amargarte la vida", asegura.
Controlar el consumo de sal (cuidado con la sal invisible)
“La sal en las comidas hay que usarla con raciocinio, con control y sin pasarnos”, afirma Pallarés añadiendo que “el verdadero problema de la sal, y más concretamente del sodio, se encuentra en la sal invisible, aquélla que está en los productos ultraprocesados”.
Reduce o evita el consumo de procesados: hasta el 72% de la sal que consumimos proviene de estos productos
Por ello, es importante tener en cuenta las recomendaciones que ofrece la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Teniendo en cuenta que “hasta el 72% de la sal que consumimos proviene de alimentos procesados, especialmente de embutidos, pan, quesos y platos preparados”, es importante observar muy bien el etiquetado de estos alimentos y escoger aquellos con menos sal. “Se considera que un alimento contiene mucha sal si aporta más de 1,25g por cada 100g, o poca sal si aporta menos de 0,25g por cada 100g”. No obstante, “lo más recomendable es reducir el consumo de procesados y apostar por productos frescos”, insiste Pallarés.
También debemos tener en cuenta lasrecomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la sal: se recomienda no superar los 5 gramos por persona y día (es decir, lo equivalente a una cucharada de café o a 2g de sodio al día); mientras que en España alcanzamos casi los 10 gramos por persona y día. Una persona con hipertensión debería reducir aún más su consumo de sal, pero ello no significa comer soso.
Existen muchos sustitutos de la sal para dar sabor a las comidas
No todo en el mundo del sabor es sal. Existen muchos aderezos para poder dar sabor a las comidas. que además no son malas para la salud. Por ejemplo, cualquiera de las especias que tenemos en el mercado (elegirlas al gusto, la que más nos apetezca y nos guste), incluido el pimentón dulce que suele dar mucho sabor a los plato. Por otro lado, tenemos cítricos como el limón o la lima que por ejemplo podemos echar a nuestras carnes y pescados sin necesidad de cocinar con sal.
Para dar sabor a las comidas podemos usar especias al gusto, cítricos o cualquiera de la variedades que existen del aceite de oliva virgen extra
Y por último, podemos aliñar y dar sabor a las comidas, sin necesidad de echar nada de sal, con todos los tipos y clases que existen (más o menos intenso) de nuestro ‘líquido de oro’, el aceite de oliva virgen extra; también vinagres o vinagretas.
Estas recomendaciones valen para toda la población, no solo para las personas que tienen problemas con su tensión.
No te olvides del ejercicio físico
Sin duda, otro de los hábitos saludables que nos ayudarán a tener nuestra hipertensión contralada es hacer actividad física de forma regular. Como sostiene la FEC, algunos ejercicios o actividades recomendables son "caminar, bailar, correr, nadar y montar en bicicleta, de 30 a 60 minutos al día y al menos de tres a cinco días por semana".
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Ahora con el calor, "es importante no hacer ejercicio o actividad física a las horas centrales del día (mejor a primera o a última hora de la tarde) y no olvidarnos de beber agua, de estar bien hidratados", concluye Pallarés.