Cuando nos duelen los huesos o las articulaciones es frecuente decir: 'creo que tengo reuma'. Pero el reuma como tal no existe. Lo que sí hay son más de 200 enfermedades reumáticas que afectan en España a 1 de cada 4 personas mayores de 20 años, por lo que no sólo es una cosa de mayores. Las más conocidas, la artrosis, la artritis reumatoide y la osteoporosis.
Uno de los mitos más comunes de las enfermedades reumáticas es agruparlas bajo el nombre de 'reuma', pero "no hay reuma. Hay enfermedades reumáticas", afirma a laSexta la Dra. Concha Delgado Beltrán, jefa del Servicio de Reumatología del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza y portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Así y según ejemplifica esta profesional, "nadie diría, por ejemplo, mirando el cielo que amenaza tormenta, que viene 'el clima'. Sí que diría: viene una tormenta o hay peligro de nevadas y de bloqueo de las carreteras o vienen 3 días de temperaturas extremas con riesgo de golpe de calor. Y en base a esto, nos abrigamos, nos guarecemos, nos hidratamos o nos protegemos del sol". Y esto, por tanto, igualmente se aplica también a las enfermedades reumáticas.
"No podemos decir que una persona tiene 'reuma', sino que debemos decir que tiene una artritis reumatoide, una artritis psoriásica o un lupus eritematososistémico o una osteoporosis... Porque hay más de 200 enfermedades reumáticas diferentes y por lo tanto diferentes repercusiones de dolor, de discapacidad, de riesgo de lesión de los órganos internos y también de merma en las capacidades laborales", explica la experta. Las enfermedades reumáticas son, en su mayoría, crónicas.
Por ello es importante acudir al médico y tener un diagnóstico correcto, definir qué enfermedad tenemos -o bien descartarla- para aplicarnos el tratamiento adecuado en cada una. Porque todas son diferentes y por tanto, difieren como es lógico, también en el tratamiento: "Hay que ponerles nombre, distinguir, matizar y personalizar en cada persona, en cada paciente".
Dolor articular y otros síntomas
"Si nos duelen las articulaciones, lo que tenemos que hacer es acudir al médico de cabecera para que nos valore y decida si nos debe remitir o no al reumatólogo, en función de la enfermedad reumática que sospeche", apunta el Dr. Marcos Paulino, reumatólogo del Hospital General Universitario de Ciudad Real y portavoz de la SER.
Es cierto que el dolor en las articulaciones es sin duda uno de los síntomas más comunes cuando decimos erróneamente eso de 'tenemos reuma', sin embargo, existen otros síntomas comunes de estas enfermedades.
Algunos de ellos -tal como enumera el doctor- serían los siguientes: dolor articular, dolor muscular, rigidez al movilizarnos, crepitación o ruidos como un velcro al despegarse al mover la articulación, cansancio, fatigabilidad muscular, dificultad para elevar brazos, piernas, inflamación articular...
Dolor articular, muscular, rigidez al movilizarnos, crepitación o ruidos como un velcro al despegarse al mover la articulación, cansancio, fatigabilidad muscular son algunos de los síntomas que pueden avisarnos de una enfermedad reumática
Por ejemplo, en el caso de la artrosis, una de las enfermedades más conocidas y que padece el 10% de la población española, el síntoma principal es el dolor en la articulación afectada (mano, rodilla...) pero también puede haber deformidad y discapacidad funcional. Por ejemplo, si es una artrosis de rodilla, la persona puede tener dificultad a la hora de caminar.
En el caso de la artritis reumatoide, que afecta a las articulaciones periféricas como por ejemplo, pies o manos, los síntomas más comunes suelen ser dolor, hinchazón o rigidez muscular. En esta página de la Fundación Española de Reumatología (FER) podemos encontrar más información sobre estas y otras enfermedades reumáticas.
La clave es por tanto, acudir al médico para que nos derive -o no- a un especialista en función de nuestros síntomas y características. Aunque en ocasiones, podemos confundir traumatología con reumatología, según explica Paulino, "el reumatólogo es el especialista de las enfermedades musculoesqueléticas y autoinmunes sistémicas, pero si la causa de nuestro problema muscular u osteoarticular, ha sido una caída, un accidente, una contusión o un sobreesfuerzo brusco, nos derivarán al traumatólogo. En todos los demás casos, el reumatólogo es el profesional de referencia".
No son sólo enfermedades de mayores
Otro de los mitos o falsas creencias más extendidas en relación con estas patologías es que son una cosa de mayores, es decir que "se dan solamente en las personas mayores y que por lo tanto no hay nada que hacer, que no hay tratamiento", explica la doctora Delgado, algo que es totalmente falso. Afectan a personas de cualquier edad -incluído niños- y tienen tratamiento.
Todos estos mitos -añade- "perjudican mucho a las personas que tienen una enfermedad reumática porque retrasan el momento del diagnóstico y el de utilizar tratamientos que las mantienen en remisión, tratamientos que mejoran la calidad de vida del paciente, impiden o frenan el deterioro y disminuyen la discapacidad".
No obstante, es cierto que "conforme cumplimos años, las articulaciones normales se van deteriorando. Exactamente igual que el resto del cuerpo. Pero las enfermedades reumáticas son otra cosa. Pueden afectar a las articulaciones, a los músculos, a los huesos y a diferentes órganos internos y están producidas por diversas causas", expone. Algunas de ellas: metabólicas, inflamatorias (en ocasiones provocadas por la inmunidad como en el caso de la artritis reumatoide) o inmunológicas.
Las enfermedades reumáticas se producen en niños, en adolescentes, en jóvenes, en maduros, en senior y en ancianos. Pueden afectar a las articulaciones, a los músculos, a los huesos y a diferentes órganos internos y están producidas por diversas causas
Así, "las enfermedades reumáticas se producen en niños, en adolescentes, en jóvenes, en maduros, en senior y en ancianos" asegura la experta. Y todas tienen tratamiento. "En los últimos 22 años la investigación científica ha desarrollado numerosos fármacos que pueden reconducir y regular en nuestro organismo las alteraciones causantes de las enfermedades reumáticas. Son fármacos tremendamente eficaces y que, junto con otro tipo de tratamientos, atenciones, cuidados y autocuidados, permiten llevar una vida plena a muchísimos enfermos reumáticos".
Además, es importante que, una vez diagnosticada la enfermedad, cumplir el tratamiento médico. "Si hay molestias con los medicamentos es mucho mejor ponerse en contacto con nuestro médico o con nuestro reumatólogo que abandonar el tratamiento de forma indefinida. De todas estas maneras, nuestra enfermedad -crónica- tendrá posibilidades de entrar en remisión y podremos llevar una vida plena y capaz".
Por último, es importante destacar que una de las claves no farmacológicas del tratamiento de estas enfermedades que está demostrando beneficios en la mejora de los síntomas y en la calidad de vida de los pacientes es el ejercicio físico.
De este modo, la SER ha lanzado el proyecto Reumafit con el fin de poner en valor el ejercicio físico como una de las armas terapeúticas -no farmacológicas- más importantes. Como ya explicamos en este artículo, en la actualidad, se sabe que la actividad física y el ejercicio son seguros y tienen importantes beneficios para los pacientes reumatológicos, ya que mejora los principales síntomas como son el dolor, la inflamación o la fatiga.
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