Las recidivas o las recaídas ante un posible nuevo cáncer, una vez superado uno, es sin duda uno de mayores temores que tienen las personas que han superado un tumor. Los días antes de las revisiones que los pacientes tienen que hacerse de forma regular, pueden suponer un cúmulo de ansiedad, nervios y miedo que pone de nuevo tu mundo patas arriba.
Y es que "nuestras respuestas emocionales son diferentes cuando estamos anticipando que algo terrible ocurra a cuando estamos ya viviendo esa situación en el presente", explican Cecilia Martín y Marina García, psicólogas y directoras del Instituto de Psicología Psicode, con motivo del Día Mundial del Cáncer que se celebra, anualmente, cada 4 de febrero.
Y es que, tal como explican las psicólogas, "tras el diagnóstico de cáncer, la persona tiene miedo. Mucho miedo. Pero es una realidad a la que tiene que hacerle frente y desarrolla mecanismos de afrontamiento ante la enfermedad y el duro tratamiento que ello implica. Todas las personas tienen la esperanza de curarse y desarrollan fortalezas para llevar a cabo el tratamiento, confiando en volver a estar sanos y continuar con su vida".
Por otro lado, y cuando recibes la noticia de que el cáncer ya se ha resuelto, "se produce un cambio en los valores de la persona, en sus necesidades y prioridades, de forma que valora mucho más su vida, disfruta más de las cosas cotidianas, de su familia y amigos. Siente que no necesita tanto para ser feliz y que sólo el hecho de seguir vivo y sano, es el mejor regalo". Y es entonces "cuando aparece el miedo a perder lo que tienes y tanto valoras: tu vida tal y como es", añaden las profesionales. Y entonces, y sobre todo antes de las revisiones, cuando puede aparecer esa maldita incertidumbre.
Y es precisamente la incertidumbre el factor que más ansiedad genera, unido al sentimiento de vulnerabilidad y de pérdida de control sobre su vida y su bienestar", explica Martín. Y en entonces, cuando aparece el pánico ante los resultados de la próxima revisión porque es muy difícil no anticipar. '¿Y si en la próxima revisión ha vuelto a aparecer el cáncer?' Y es miedo -tal como cuentan las personas que han pasado por un cáncer- no desaparece nunca.
Cómo afrontar la ansiedad ante una recaída o recidiva
Ambas profesionales nos dan una serie de pautas que pueden servir de ayuda en estos momentos de incertidumbre y la ansiedad se dispara. Estos cinco consejos pueden servirnos de ayuda los días antes de ir a la revisión y sobre todo, de esperar los resultados de esas revisiones.
1. Cuidemos el discurso mental: la mente es traicionera
Una de las primeras cosas que debemos tener en cuenta es la parte mental: qué discurso mental tenemos. Tal como explica García, debemos tener en cuenta qué nos está contando la mente y darnos cuenta de lo que es real y no.
"Parémonos y ubiquémonos en la realidad y en el presente y tenemos que decírnoslo porque la mente es muy traicionera y nos intenta autoconvencerse de que realmente va todo mal. Y no es así".
2. Hacer cosas nuevas o que nuestra mente está distraída
Otra de las pautas que debemos tener en cuenta es intentar, durante esos días anterior a los resultados de la revisión, estar lo más activa posible y tener el cerebro ocupado de temas diferentes al cáncer. Si piensas todo el rato en ello, al final podemos obsesionarnos.
Por ello, sería recomendable -añade García- hacer cosas que nos gustan o que nos gustaría hacer. "Hay que nutrir al cerebro de una información diferente al cáncer".
3. Desahogarnos con nuestra familia y/o amigos
Eso no significa que no tengamos un espacio para desahogarnos: también tenemos que tener esa espacio y expresarnos lo que sentimos con las personas que mejor nos sintamos. Pero no podemos estar 24 horas con ese tema. "Es importante darse permiso para expresar toda esa preocupación, contar su temor y poder sentir el consuelo de al menos, sentirse escuchado y comprendido", añade Martín.
Y relacionado con esto, es importante trabajar también la relación con los demás. Es algo que además vemos en consulta, cuenta García. Que las personas no se sienten entendidas y es que muchas veces no se sabe cómo reaccionar. No deben verlo como algo malo, sino que ellos nunca han pasado por ello. Pensar que no hay intencionalidad de hacer daño sino de desconocimiento.
4. Confiar en nuestras habilidades de afrontamiento
Confiar en nosotros, en todo que hemos trabajado, en lo que hemos aprendido a nivel psicológico y confiar en toda la fortaleza que desarrollamos como seres humanos ante situaciones graves. "Confiar en que puede ser capaz de pasar por un nuevo tratamiento si fuera necesario".
5. Ten momentos de calma y autocuidado
Es importante tener durante estos días espacios de calma y momentos de autocuidado personal. Practicar mindfulness, yoga, meditar , paseos por la naturaleza y otras actividades de relajación.
Más Noticias
- La obesidad tiene memoria: científicos españoles y suizos confirman la existencia del efecto yo-yo
- ¿Por qué orinamos más cuando tenemos frío?
- Así es lecanemab, el nuevo fármaco contra el alzhéimer indicado para personas con deterioro cognitivo leve
- Cómo disminuir el riesgo de tener cáncer de pulmón (además de dejar de fumar)
- La prevención y el autocuidado son claves en el dolor de espalda: cómo tratar y cuidar la lumbalgia
Tal como aconseja García, es practicar mindfulness consiste en entrenar en el momento presente, en estar en el aquí y en el ahora, porque al final donde tú pongas la atención vas a tener tu realidad, y es importante que entiendas que tu realidad no solo el cáncer sino muchas más cosas. En definitiva, se trata de realizar cosas que te hagan sentir bien y que te aporten relajación. Que te gusten, que te relajan. Que aporten emociones positivas.