Muchas personas siguen utilizando los termómetros de mercurio pese a que está desaconsejado, como veremos más adelante. Frente a los termómetros digitales y los que funcionan por infrarrojos que no hace falta ni siquiera que toquen la piel del enfermo, los de mercurio son "los de toda la vida" y hay quien necesita esa tranquilidad de las cosas que conoce.
Y lo cierto es que estos termómetros funcionan bien porque lo hacen gracias a la sustancia que llevan dentro, el mercurio, que es precisamente la que los hace peligrosos debido a que alta capacidad contaminante.
Cómo funciona el termómetro de mercurio
El mercurio es un elemento natural, un metal pesado que se encuentra tanto en la roca de la corteza terrestre, como en los depósitos de carbón. En su forma pura se le conoce como mercurio "elemental" o "metálico".
El mercurio elemental es un metal blanco plateado brillante, en estado líquido a temperatura ambiente, que normalmente se utiliza en termómetros y en algunos interruptores eléctricos. A temperatura ambiente, y si no está encapsulado, el mercurio metálico se evapora parcialmente, formando vapores de mercurio. Los vapores de mercurio son incoloros e inodoros. Cuanto más alta sea la temperatura, más vapores emanarán del mercurio metálico líquido. Algunas personas que han inhalado vapores de mercurio indican haber percibido un sabor metálico en la boca, según la Agencia de Protección Ambiental de EEUU.
El termómetro tiene un pequeño bulbo con el mercurio y en tubo en el que están las marcas con las temperaturas que señalan la temperatura. Según esta va subiendo, el mercurio se expande y va alcanzado las rayas. Así es como funciona un termómetro de este tipo.
1. Limpia el termómetro. Lo primero es limpiar el bulbo de la parte metálica del termómetro con un algodón empapado en alcohol antiséptico. Así desinfectamos la parte que más va a estar en contacto con nuestro cuerpo.
2. Activamos energéticamente el termómetro de mercurio. Para ello, debemos utilizarlo en el lado opuesto a la bombilla. Gracias a este movimiento podemos hacer bajar cualquier residuo de mercurio que haya quedado y garantizar que la temperatura indicada es correcta.
3. Colocamos el termómetro en la axila. El bulbo debe estar justo en el centro de la axila para poder medir bien la temperatura. Dejamos el brazo en el regazo sin moverlo mientras dejamos que la temperatura suba el mercurio y comprobamos si tiene fiebre.
4. ¿Cuánto tiempo hay que dejar el termómetro de mercurio?: Esperamos unos cinco minutos aproximadamente, que es el tiempo que tarda el mercurio en subir e indicar la temperatura corporal. Es importante cronometrar bien el tiempo para evitar retirarlo antes.
5. Agitamos de nuevo. Para volver a bajar el mercurio, debemos agitar de nuevo el termómetro. Por último, lo ideal es guardarlo bien en su estuche para que no se rompa. Sabemos que el mercurio metálico es tóxico y el vidrio es bastante frágil. También es interesante volver a desinfectarlo con alcohol antes de guardarlo.
El termómetro de mercurio, desterrado
No obstante, los termómetros de mercurio son cosa del pasado porque desde el año 2009 se dejaron de fabricar y comercializar en la Unión Europea y en 2013 la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó dejar de utilizarlos. No obstante, muchas personas los tienen en casa e incluso los guardan como oro en paño.
Pero, ¿por qué el termómetro de mercurio no se puede comprar?, ¿qué problema hay con ellos? La respuesta es sencilla: por la alta toxicidad del mercurio.
Es un metal líquido con propiedades diferentes a las de la mayoría de las sustancias. Las gotas pequeñas se combinan en una forma de esfera más grande, que rodará sobre una superficie plana y se romperá en gotas más pequeñas si se deja caer o si se aplica presión. Hay que tener cuidado para evitar que el mercurio se disperse o que ruede hasta un lugar de difícil acceso.
Qué hacer si se rompe el termómetro de mercurio
Si tienes en casa un termómetro de mercurio también debes saber qué hacer en caso de que se te rompa. Si por algún accidente se te escapa de la mano y cae al suelo, rompiéndose el cristal, sigue los siguientes pasos:
1. Ventila en la medida de lo posible el lugar en el que estés para evitar respirar humos tóxicos, que pueden causar daños cerebrales, problemas de piel, de estómago, etc.
2. Antes de pasar a recoger las bolitas de mercurio que se forman al romperse el termómetro, ponte mascarillas y guantes. Además, cualquier contacto con la piel puede provocar problemas peores. Por ello, lo ideal es recoger y comprobar bien que se han recogido todas las perlas de mercurio.
3. No tires el mercurio por el inodoro, ya que contamina más de 1.000 litros de agua innecesariamente. Llévalo a una farmacia.
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