La mayoría de las mujeres sueñan con mantener el que consideran que es su peso ideal y por ello se preocupan de si deben adelgazar o conseguir más peso. El peso suele asociarse a momentos y por lo general las personas creen que cuando eran más delgadas eran más felices. No existe un peso ideal en realidad, aunque tradicionalmente se usa la edad y la altura como referencia de un supuesto estándar.
Con la estatura y la edad se calcula el Índice de Masa Corporal (IMC). No obstante, el IMC no tiene en cuenta la distribución del peso y de la grasa en el cuerpo de las personas, de la misma manera que no habla de muchos otros indicadores biométricos como el colesterol o la presión arterial, entre otros, que cuentan mucho más sobre la salud de una persona que una mera cifra de kilos.
Además, es muy relevante recordar que este índice se ideó a finales del siglo XIX con base al cuerpo de un hombre blanco. Esto supone que no tiene en cuenta corporalidades distintas, como las de personas asiáticas, afrodescendientes, o incluso los cuerpos de las mujeres, que tienen algunas características distintas a las de los hombres.
Dicho todo esto y recordando que todos los tamaños de cuerpos son válidos. Veamos cómo se calcula eso que llaman el ‘peso ideal’
¿Qué factores influyen en el peso ideal?
A grandes rasgos, el peso ideal se calcula según la altura y la edad de cada persona. Pero el Índice de Masa Corporal que se obtiene a partir de estos datos no tiene en cuenta la cantidad de grasa, de líquido retenido o de músculo que hay en el cuerpo. Es posible que una mujer pese mucho más de lo que debería pero que no sea sobrepeso si esta diferencia viene por la cantidad de músculo y no por un exceso de grasa. Por lo tanto, para calcular el peso adecuado se tiene en cuenta, principalmente, estatura y edad; pero sin obviar los demás detalles.
Además, también tiene mucho que ver el sexo, pues el peso ideal de una mujer suele ser diez kilos menos que el peso ideal de un hombre con su misma edad y altura.
Como es lógico, cuanta más alta sea una mujer, más masa y más hueso tiene. De ahí que el peso ideal aumente según la altura. La masa muscular es la cantidad de masa no grasa que tiene el cuerpo. Si una mujer practica deporte de manera habitual, es muy probable que pese unos 5 kilos por encima del peso ideal. En cambio, una persona que no haga ejercicio puede que tenga sobrepeso aún con un peso inferior solo por la grasa que acumula en su cuerpo.
La complexión de cada persona es otro factor para tener en cuenta, pues hay quien tiene huesos más anchos, extremidades más largas, y facilidad para engordar o adelgazar.
Cómo calcular el peso ideal de una mujer
•La fórmula de broca es uno de los métodos más sencillos para calcular el peso ideal. Para ello solo hay que tomar como referencia la estatura y restarle 100.
Para una mujer cuya altura sea 168cm, al restarle 100 dice la fórmula que su peso ideal serían 68Kg. Este cálculo no es demasiado fiable puesto que con las personas muy altas puede dar fallos.
•La fórmula de Perrault Dry es más compleja, pero también mucho más fiable. Esta tiene en cuenta no solo la altura, sino también la edad. Se calcula de la siguiente manera:
Altura en cm – 100 + (edad/10) x 0,9)
Si una mujer mide 168 cm y tiene 30 años, su peso ideal serían 70,7 kilos.
•La fórmula de Monnerot-Dumaine tiene en cuenta el tamaño de los huesos y la circunferencia de la muñeca.
Estatura en cm – 100 + 4x circunferencia de la muñeca en cm /2.
Como ves, las formas de calcular el llamado peso ideal de una mujer son varias, pero todas tienen en cuenta la altura y, por supuesto, nunca debes olvidar los detalles como grasa, músculo y líquido retenido, que no siempre son exceso de peso.
Tradicionalmente, los defensores del uso del IMC aluden a la correlación estadística que existe entre un índice elevado y un mayor riesgo de enfermedades. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC), por ejemplo, argumentan que "un IMC alto predice futura morbilidad y muerte. Por lo tanto, el IMC es una medida apropiada para monitorear la obesidad y sus riesgos en salud", según un nota de France24.
Sin embargo, hay otras cifras que muestran otra realidad: un estudio publicado en 2016 por el International Journal of Obesity determinó que la mitad de las personas estudiadas que caían en el rango de "sobrepeso", según el IMC, estaban perfectamente sanas. Lo mismo ocurría con un cuarto de las personas caracterizadas como obesas.
Es por eso que desde el activismo contra la gordofobia se critica el uso del IMC. Paola Sabogal, nutricionista peso-inclusiva, recuerda que las personas gordas pueden "llegar con cualquier dolencia" que se "desatiende" porque el índice es alto e "inmediatamente mandan perder peso". Además, subraya que el estigma lleva a "trastornos de conducta alimentaria (...) las enfermedades de salud mental con mayor riesgo de mortalidad".