Se llaman Aphididae (castellanizado como afídidos o áfidos) y pertenecen a una familia de insectos hemípteros encuadrada en el suborden Sternorrhyncha. Es la única familia viviente de la superfamilia Aphidoidea. Para la mayoría son solo los clásicos pulgones. Y antiguos sí que son, ya que se originaron en el Cretácico, hace 100 millones de años.
Los pulgones atacan a muchas especies de plantas, pero entre sus preferidas están los rosales, los chopos, los árboles frutales, las huertas y las coníferas. Lo cierto es que en las plantas saludables, los pulgones no suelen causar demasiados estragos y otros insectos, como las mariquitas, ayudan a reducir su número.
No obstante, los pulgones se convierten en un problema cuando el equilibrio se desajusta. Esto puedes ocurrir si las plantas están estresadas por falta de agua, las malas condiciones del suelo o el hacinamiento, por ejemplo.
Qué son los pulgones
Los pulgones son insectos diminutos que están en el exterior, pero a veces también pueden infestar las plantas de interior. Al no tener depredadores naturales en el interior, la infestación puede ser muy veloz.
Muchas veces los pulgones parecen pequeños bichos verdes en las plantas de interior, pero los pulgones adultos pueden ser de cualquier color: rojo, marrón, azul. Se suelen mezclar muy bien con el color de las hojas y es posible que ni adviertas su existencia hasta que su población explote. También pueden tener alas, pero los pulgones alados son menos comunes.
¿Qué les hacen los pulgones a las plantas?
Como la mayoría de las plagas de las plantas de interior, los pulgones se alimentan de las plantas de interior chupando la savia de las hojas, los brotes y las flores.
Les gusta agruparse y alimentarse del nuevo crecimiento y de los capullos de las flores de una planta, lo que puede causar un crecimiento atrofiado, hojas/flores deformadas, hojas amarillas y caída de hojas/capullos.
Mientras se alimentan, los pulgones liberan un residuo pegajoso, por lo que es posible que notes que la zona que rodea a tu planta está pegajosa incluso antes de que veas a los diminutos bichos.
Afortunadamente, los daños causados por los pulgones no suelen ser catastróficos para las plantas de interior. Aunque acabarán matando una planta, los pulgones tardarán mucho tiempo en matar una planta de interior grande.
Cómo eliminar los pulgones
La manera más sencilla de ver si las plantas están afectadas por una plaga de pulgón es mirar en las yemas tiernas de la planta y la parte posterior de las hojas. Los colores de estos insectos, aunque varían, pueden ser verdes o negros.
1. Aísla la planta o plantas infestadas y limpia bien toda la zona.
2. Matar a los pulgones con agua y jabón: se trata de lavar las plantas con agua y jabón, por ejemplo, en el fregadero o en la ducha. Deja caer un buen chorro de agua para quitar los pulgones y luego lava las hojas con un jabón líquido neutro y agua. El agua jabonosa mata a los pulgones al contacto. Antes de utilizar cualquier tipo de solución jabonosa para los pulgones en tus plantas, prueba primero una hoja para asegurarte de que el jabón no dañará la planta. También puedes usar el jabón de lavar los platos en una pequeña cantidad. Este además de ser efectivo contra el pulgón es capaz de acabar con la cochinilla algodonosa, también llamada Cotonet.
3. Fabricar un espray casero anti pulgones: pon una cucharadita de jabón líquido suave orgánico en un litro de agua tibia en una botella de spray y rocía la mezcla sobre los pulgones. Este espray orgánico casero para matar pulgones es el mejor insecticida para los pulgones, y funciona muy bien -aunque despacio-para deshacerse de estos molestos insectos.
4. Aceite de neem para los pulgones: si buscas una forma aún más natural de deshacerte de los pulgones, el aceite de neem es un insecticida natural para los pulgones que es muy eficaz y también funciona para la prevención. Se puede comprar aceite de neem concentrado a un precio bastante económico o una botella grande que dura mucho tiempo. Si compras el concentrado, tendrás que mezclarlo con un jabón líquido suave para ayudar a que el aceite se mezcle con el agua (sigue las instrucciones de la etiqueta).
5. Ajo y agua: hierve unos cinco o seis dientes de ajo en un litro de agua y deja que se enfríe y repose durante 24 horas. Después ponlo en un espray y échalo sobre las plantas afectadas. Procura no hacerlo cuando les están dando el sol y no lo uses más de cinco días seguidos.
6. Vinagre de vino contra los pulgones: es un repelente muy efectivo, por lo que se usa sobre todo como prevención. Mezclar 1 litro de vinagre por cada 10 litros de agua, verter la cantidad que vayas a usar, dependiendo de la cantidad y tamaño de las plantas afectadas y rociar todas las plantas por completo y no solo en las partes que veas pulgón y hacerlo cuando no les dé el sol.
7. Ortigas contra los pulgones: tanto las verdes como las blancas tienen sustancias que repelen a los pulgones. Toma un manojo de ortigas (con guantes) y déjalas en remojo tapadas en unos 2 litros de agua. Cuela ese líquido y mételo en un pulverizador. Rocíalo sobre las plantas afectadas
Y un último consejo muy importante: hay que tener mucho cuidado al trasladar o eliminar las plantas infectadas para no dejar caer la tierra. Esto puede provocar la propagación de la infestación a otras macetas o plantas cercanas. Conviene incluso proteger o limpiar las suelas de los zapatos.