En casi todas las casas alguna pieza de oro suele haber, por pequeña que sea. Desde una alianza de boda o unos pendientes de recién nacida, hasta las típicas medallitas, vírgenes y reliquias familiares. Las joyas de oro ocupan un lugar especial en los corazones de muchas personas, que las atesoran con cariño.
Sin embargo, el paso del tiempo puede darles a las piezas un aspecto desgastado y sin brillo, por lo que limpiar las joyas de oro con regularidad es importante.
No hace falta llevarlas a la joyería para limpiarlas. Las joyas sencillas las podemos limpiar en casa con elementos que tenemos a mano. No obstante, en algunas ocasiones lo cierto es que, para devolverles el brillo original, tendrá que ser un experto quien intervenga y las pula.
Tipos de oro
Las aleaciones se hacen al combinar dos o más metales. Esto se hace para aumentar la resistencia del metal base. A continuación, vamos a ver los tipos de oro más populares:
1. Oro amarillo: Es el clásico de las joyas de oro tradicionales. Suele ser una mezcla de oro puro con plata, cobre y zinc. Es el más hipoalergénico y el que requiere menos mantenimiento de todos los tipos de oro.
2. Oro blanco: el oro blanco es una aleación de oro con níquel o paladio, zinc y cobre. Es un tipo de oro muy popular porque es asequible y está en tendencia. El oro blanco es más duradero y resistente a los arañazos que el amarillo. A veces se le pone una capa de rodio de alto brillo para obtener un acabado espejo. Si tu joya tiene rodio, tendrás que llevarla a una joyería para que la pulan y le devuelvan el brillo.
3. Oro rosa: el oro rosa debe su color a la aleación del oro con cobre. Debido al contenido de cobre, es más duradero que el oro amarillo y el blanco.
Cómo limpiar el oro en casa
1. Agua y amoniaco: para limpiar las joyas de oro blanco y amarillo puedes pasarles un trapo con una mezclar de agua con amoniaco. Eso debe ayudar a retirar toda la suciedad acumulada en las piezas.
2. Agua y jabón: este método es ideal para el oro amarillo, blanco y rosa. Mezcla un poco de lavavajillas en agua tibia, no caliente. Añade unas gotas de amoníaco. Cepilla con cuidado con un cepillo de dientes suave y nuevo. Introduce las piezas en agua tibia para aclarar. Por último, seca al aire o con papel o un paño normal siempre con mucho. Recuerda que el oro es un metal blando así que hay que ser lo más delicado posible durante el proceso de cepillado y secado.
3. Pasta de dientes: es otra manera de limpiar el oro sin que las joyas se deterioren o se rayen. Y es una de las más útiles para rejuvenecer joyas ennegrecidas u oxidadas. Primero humedece la joya con agua tibia y extiende la pasta de dientes por toda la superficie. Después, con un cepillo de dientes de cerdas suaves, frota la suciedad de las joyas de oro. Deberás repetir el proceso hasta que las impurezas se hayan eliminado completamente. Por último, enjuaga con abundante agua tibia y seca muy bien con un paño suave.
4. Vinagre para limpiar el oro: el vinagre es un gran aliado para limpiar el oro ennegrecido y será mucho más eficaz si le añades bicarbonato. En concreto, pon dos cucharaditas de agua por cada tres de bicarbonato y remueve la mezcla hasta elaborar una masa espesa similar a la pasta de dientes. Aplica la masa con un algodón cubriendo la joya por completo. Coloca ahora la joya en un recipiente de plástico y vierte el vinagre blanco hasta cubrirla por completo y déjala durante cinco minutos. Para terminar, enjuaga con agua templada y seca con un paño suave. El resultado te sorprenderá.
Consejos para conservar las joyas de oro
Ahora que ya sabes cómo limpiarlas, como siempre lo mejor es no tener que llegar a hacerlo o, por lo menos, que no se ensucien demasiado. Para ello intenta seguir unas buenas pautas para su conservación como las que te dejamos a continuación:
1. Guarda las joyas en bolsitas de tela separadas para evitar que se rocen las unas con las otras y se puedan rallar.
2. Cuidado con los golpes. El oro es un metal blando. Aunque tiene un brillo y un lustre propios, también es un metal blando. Esto hace que sea susceptible de sufrir golpes, arañazos y abolladuras. Ten cuidado con tus anillos, relojes y pulseras de oro cuando los lleves puestos y quítatelos cuando practiques cualquier deporte de alto contacto.
Recuerda, no lleves tus joyas de oro cuando te bañes en la playa o la piscina porque tanto la sal del mar como los productos de conservación del agua de las piscinas pueden deteriorarlas. De hecho, el cloro debilitará la estructura de tus joyas de oro y acabará por romperlas.
Tampoco en la ducha. Quítate las joyas antes de ducharte porque el uso de joyas mientras te duchas puede provocar una acumulación de jabón que causará una película en sus joyas.
Cuando hablamos de oro pensamos inmediatamente en las joyas, pero ¿cómo limpiamos el pan de oro? Este se encuentra en muchos muebles antiguos y decoraciones de marcos de fotos y cuadros. Está elaborado con finas láminas de oro batido. Hay varios trucos caseros para mantener la belleza del pan de oro.
Cómo limpiar el pan de oro
1. Huevo: bate una clara de huevo a punto de nueve y añade unas gotas de vinagre de vino. Esa mezcla se unta sobre el pan de oro y se deja reposar unos diez minutos. Para finalizar se frota hasta eliminar la suciedad y los restos.
2. Aceite de linaza: otra alternativa es colocar en un bol pequeño un poco de aceite de lino o aceite de linaza y añadirle unas gotas de limón, luego con ayuda de un trapo ir frotando la mezcla con movimientos circulares el pan de oro hasta eliminar la suciedad.
3. Aceite de oliva: funciona al igual que las anteriores para limpiar y proteger las superficies de pan de oro. Mezcla la clara de un huevo con dos cucharadas de aceite de oliva y limpiar el marco con ello.
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