Si algún árbol huele a Mediterráneo ese es el olivo. Aunque es originario de Asia Menor, en la actualidad es en España e Italia donde más se cultiva este frutal del que nacen las aceitunas con las que se hace el aceite.
El olivo es bastante resistente a la falta de agua, pero no es amigo de las bajas temperaturas. De hecho, no tolera temperaturas inferiores a los -10°C. No obstante, lo que peor le va es el viento.
Este árbol de hoja perenne puede vivir y producir durante cientos de años. En España se encuentran algunos ejemplares milenarios.
Cuando se podan los olivos para permitir que el sol entre en el centro, mejora la fructificación. Las partes en las que hay sombra no dan frutos.
Cuándo podar un olivo
Los olivos deben empezar a podarse a partir de su cuarto año. Durante sus primeros años es mejor dejarlo que crezca tranquilo. Las hojas de un árbol producen su alimento, por lo que tener muchas hojas cuando el árbol es joven proporciona una buena energía para el crecimiento. Un árbol viejo puede ser cortado y talado sin miedo y se recuperará con un enorme vigor gracias a las reservas de energía de las raíces y el tronco. El árbol joven no lo hará.
Si te empeñas en cortarlo mucho siendo aún joven para darle una forma concreta, eso acabará por debilitarlo y frenará su crecimiento durante varios años. Conseguir el equilibrio adecuado forma parte del arte y el talento que distingue al buen podador del que no lo es, dicen desde la Mediterranean Garden Society.
En términos generales, la poda del olivo se realiza entre el otoño y el invierno. Si el clima es muy frío, es recomendable retrasarla a finales de para evitar heladas y temperaturas bajo cero.
Tipos de corte
En función de los objetivos que marquemos con la poda, haremos un tipo u otro. Según arbolesfrutales.org, entre esos objetivos principales pueden estar el ayudar al olivo en cuestión a:
- Aprovechar al máximo la luz y el aire
- Mantener un apropiado equilibrio de la copa
- Regenerar árboles improductivos o decrépitos
- Prolongar el periodo máximo de reproducción
- Renovar o reemplazar las ramas que ya se muestran débiles o marchitas
1. El corte de raleo. Consiste en suprimir todo el brote, o en reducir la longitud del eje principal cortando cerca de un brote o rama lateral, que asume entonces el papel de terminal. Este tipo de poda reduce la longitud de las ramas y el volumen global de la copa y mantienen los frutos y el follaje más cerca del centro de la planta.
2. El corte de eliminación. Se eliminan brotes o ramas enteras cuando la fructificación es excesiva, cuando hay demasiados brotes que compiten entre sí y cuando la luz solar no puede penetrar en la copa. El corte de eliminación reduce la competencia entre brotes sin modificar el eje principal. Los brotes y ramas restantes se seleccionan con diferentes orientaciones para evitar el sombreado mutuo y el solapamiento.
Cómo podar un olivo
Para proceder a la poda del olivo será necesario tener: una escalera o andamio, guantes, gafas y unas tijeras de jardinería o un serrucho.
Según el propósito de la poda, la manera de ejecutarla será diferente. Vamos a ver las diferentes podas que se pueden realizar:
–Poda de formación. Se hace cuando el árbol es joven para encauzar el crecimiento y su formación. En ella se realizan tan solo cortes o pinzamientos menores, eliminando la mayor cantidad de hojas que sea posible. Es recomendable que se lleve a cabo una o dos veces al año durante los primeros diez años de vida del olivo.
–Poda de producción. Se realiza en una fase más avanzada del olivo, debido a que cuando el árbol está formado no es necesario podarlo durante diez o 15 años. Se poda el árbol ligeramente y se ejecuta un aclareo de las ramas.
–Poda de regeneración. Es muy importante si queremos recoger una buena cosecha. Cuando el olivo presente síntomas de envejecimiento, habrá que retirar casi todas las ramas para que emerjan brotes nuevos.