"Casarse por amor es muy bonito, pero a la larga da problemas". Lo dice la periodista Carmen Enríquez al hablar del matrimonio de los actuales reyes de España. Lo decía mi madre de forma mucho más concisa. "Hija mía, no te cases, que es un atraso". Otra cosa en la que no obedecí.
La historia de la periodista Letizia Ortiz Rocasolano es puro manual de resistencia. Es la republicana que más ha hecho por la monarquía. "Nos tiene que gustar a todos", decía Sabino Fernández Campos cuando le preguntaban cómo debía ser la escogida. Qué frase.
El cuarto capítulo de la serie 'Los Borbones' recuerda cosas que no sabíamos y otras que teníamos guardadas en un cajón de la memoria. Aquella historieta (o como queramos llamarlo) con Gwyneth Paltrow. También me acuerdo de Gigi Howard. Esos noviazgos con Isabel Sartorius y Eva Sannum que ahora veo con otra perspectiva. Lo que tuvieron que sufrir ambas. Juzgadas durante el idilio y después de las rupturas. El vestido azul pavo que llevó la sueca a la boda del príncipe Haakon Noruega y Mette Marit Jessem. El escándalo. La osadía de llevar los hombros al aire y un escote. Lo absurdo del desprecio. Lo decía Fernán Gómez, que era ése el gran pecado español, y no la envidia.
La tensión ya entonces de un padre y un hijo por la manera del segundo de gestionar su vida amorosa. "Como padre y como rey te ordeno que dejes a esa chica", pronunció el entonces rey Juan Carlos I. Otra frase rotunda que ahora, tras lo visto, leído, escuchado, se antoja un poco sonrojante. Estaba el padre como para dar lecciones sentimentales. Le dijo la sartén al cazo. Por ser un poco fina a este respecto.
Hay otras cosas que me provocan cierta inquietud. Esa encerrona en casa de Pedro Erquicia que hace mucho consideraría el colmo del romanticismo. La veo, me gusta, y como soy el príncipe, estas cosas salen solas. Hoy lo veo, la lista de invitados, la trama que hay detrás, y me pone un poco nerviosa. Aunque ya quisiera yo una encerrona para conocer a Andrés Velencoso.
Letizia Ortiz Rocasolano. Periodista, nacida y crecida en una familia de clase media, divorciada, republicana, nieta de taxista y de periodista, fan de Alejandro Sanz. Insoportable para su suegro y para algunos cronistas de la cosa, que desplegaron machismo y clasismo a puñados. Mujer de caderas estrechas y nariz aguileña. No corrigió lo primero pero sí lo segundo. Decían que su presencia "rebajaba un poco el nivel de la familia real". La llamaban 'La Jolines', cuentan, los amigos de Felipe. Un mote con muy poca gracia, porque no todo va a ser perfecto en el mundo de los pijos. Ojalá saber los que ponía ella, vecina de Valdebernardo.
Se casaron el 22 de mayo de 2004. Yo me había casado tres meses antes en un día de esos fríos y con sol. A ellos les cayó la madre de todas las lluvias. Yo me la imaginaba deseando ser la de siempre ese día. Le tocó guardarse la naturalidad y los gestos en las solapas de aquel Pertegaz. Me emocioné ese día y he vuelto a hacerlo al ver el capítulo. También cuando saca fuerzas de donde no tiene para dar las gracias por las muestras de cariño ante la noticia del suicidio de su hermana pequeña. La princesa de Asturias estaba embarazada entonces de la princesa Sofía.
Ha tenido que construir un muro en el Palacio de Zarzuela, un cordón sanitario para que la unidad familiar no se contagie de lo de alrededor. Para conservar lo que le importa. Le ha dado una familia al rey y ha conseguido ganarse el respeto de algunos, aunque sigue siendo observada desde arriba por otros. Los que siguen viendo en ella a una trepa, a una ambiciosa sin escrúpulos, a una gobernanta inflexible. Pero es la republicana que más ha hecho por la monarquía.