Hay que respetar a quien le gusta disfrazarse. Todo el mundo tiene ilusiones y cuando se trata de hacerte pasar por currela no hay un sitio mejor que Cádiz. Enmascararte para hacerte pasar por algo que nunca has sido como si estuvieras en carnavales y con una población llena de currelas para ver si se le pega algo. Abascal ha estado zascandileando por tierras obreras a ver si embaucaba incautos, pero Cádiz es tierra resabiada y había más carteles burlándose de él que en su mitin. No hay un tipo más flojo en todo el hemiciclo y en la tacita estaban prevenidos. Un baldragas con ínfulas. Si Abascal pidiera la hoja de su vida laboral al ministerio de Seguridad Social le saldría a devolver. Escrivá le llamaría en persona para descojonarse. Pero Santi, que esto lo pide quien cotiza. No nos hagas gastar recursos de los funcionarios en meter tu número de la seguridad social que sabes que no hay nada. ¿Porque tendrás número, no? ¿Sabes lo que es?
Puede que no sean ustedes conscientes hasta qué punto tiene alergia al currele el líder de VOX, pero el mancebo tiene tanto pavor a cotizar que incluso el partido lo creó y fundó cuando lo que la vida le ofrecía era tener que buscarse la vida fuera del mamoneo del que siempre ha chupado. Esto es literal. Que Abascal inscribió el partido el mismo día en el que Esperanza Aguirre se vio obligada a cerrar el chiringuito que le había puesto en la Comunidad de Madrid para que viviera del cuento. Salió de la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social por la que se llevaba 82.000 euros al año por no hacer nada el 17 de diciembre de 2013 y ese mismo día fundó VOX para ver si podía seguir chupando del erario público. Ni un día dejó pasar el amigo. Por el camino no le hizo ascos a que le pagara el sueldo la rama política de la que fue considerada una organización terrorista islamista iraní por EEUU. Lo que hiciese falta con tal de no dar palo al agua. Le ha ido bien al mangurrián, porque sin cobrar una nómina en su vida del sector privado ha logrado un patrimonio que incluye un chalé valorado en un millón de euros con el que ningún trabajador puede soñar.
Los de la estirpe de Abascal, que no han sudado más que cuando se les apaga el aire acondicionado o se pasan de espirituosas, necesitan camuflarse entre obreros para que no se les note la flojera. Más aún cuando los señoritos de puro y castellanos quieren presentarse como los representantes del pueblo. Es posible que logren engañar a unos pocos y que otros le ofrezcan sus favores por verdadera conciencia fascista, que de todo hay en la viña del proletariado. Pero esas uvas caen en el capazo de maduras, no es preciso que el alfeñique laboral de Abascal haga muchos esfuerzos para esa vendimia.
Hay que felicitar a Abascal. Es su primer 1º de mayo haciendo que trabaja, y encima es festivo. Tienen que sentir empatía y comprensión hacia el liberado político quienes cuando van de viaje a un país extraño, con una cultura diferente, gustan de hacer lo que hacen los paisanos. Comer la comida local, disfrutar de sus tradiciones, visitar sus fiestas y mercados. Pero no nos engañemos. Para Abascal juntarse con la clase trabajadora un primero de mayo es una experiencia similar a la de la pija influencer a la que pagan un viaje a África y acaba haciéndose fotos con los niños de una tribu para ponerlo en Instagram porque queda exótico con un outfit con el que acabaría con el hambre medio Sahel. Ambas escenas producen la misma vergüenza ajena.