Los pactos y acuerdos suelen plantear la mayor de las contradicciones a cualquier partido e ideología. Siempre existe alguna circunstancia que impide la aceptación del pactante, porque si no lo hubiera sería el mismo partido. En los acuerdos y pactos hay que fijarse en lo que acuerdas y limar los desacuerdos, intentar acercar a tus postulados al firmante del acuerdo y ceder en algo tus exigencias. Es un proceso de cesión en el que el acuerdo nunca va a reflejar todas las ideas, principios y valores de uno de los firmantes, sino que será una amalgama de ambos. Lo que separa a Bildu de la izquierda española es conocido, pero existen más posiciones comunes.
Para una formación de izquierdas preocupada por la mejora concreta de los derechos de los trabajadores y la consecución de logros sociales es necesario ampliar el abanico de socios potenciales con los que pactar y lograr ampliar la fuerza parlamentaria. En esa dinámica es imprescindible incluir a EH Bildu como socio prioritario. Hay pocas formaciones más ambiciosas en lo que respecta a la ampliación de derechos fundamentales de la clase trabajadora y poco nos separa a la izquierda española de la abertzale en lo que respecta a la implementación de medidas de corte socialista para la economía. Los disensos sobre el proceder de EH Bildu en lo que respecta a la memoria histórica reciente de ETA ya están expuestos, y hay que avanzar en ese camino, pero ahora es el momento de tejer alianzas que favorezcan terminar con la legislación laboral del PP, con la ley mordaza, con los privilegios monárquicos, con el machismo y con los restos del franquismo en nuestras instituciones.
La izquierda tiene que pactar con EH Bildu. Con un discurso propio que rechace la romantización de la violencia terrorista y respetando la memoria de las víctimas, pero sin dejarse acomplejar por un discurso reaccionario que solo usa la memoria del dolor etarra para impedir amplias mayorías progresistas y que busca sepultar el recuerdo de las víctimas del GAL, de la violencia institucional, o de la represión en casos como el de Altsasu. Mantener una posición propia respetuosa con todas las víctimas facilitará que esas alianzas con EH Bildu se consoliden y sean las que marquen el camino a un PSOE que querría estar junto al PP y Ciudadanos.
No es lo mismo que los presupuestos tengan como socio prioritario a PNV y Ciudadanos que a EH Bildu y ERC. Precisamente porque no es lo mismo la derecha al unísono ha reaccionado de manera furibunda a esta conformación de alianzas. La composición de las mayorías para este presupuesto pueden marcar el futuro de esta legislatura y consolidar unas mayorías que hagan imposible acceder a las derechas al poder durante las próximas legislaturas. Ese acuerdo presente con EH Bildu y ERC en España le tendrá que ser devuelto en el futuro en sus aspiraciones legítimas. Las mejoras sociales para el conjunto de la clase trabajadora española hoy servirán también para tejer memoria mañana. Con Bildu sí, claro que sí.