Feijóo sabe lo que es una distopía porque citó a George Orwell para explicar lo peligrosa que era la mentira. El líder del PP nos contó que la obra fue escrita en 1984 porque se llamaba 1984, leerla no, ni saber quién es el escritor tampoco, ni cuando murió, ni cuando escribió 1984, pero al menos se sabía el título como declaración inconsciente de lo que escribiría Orwell si la novela se titulara 2023. La España de Feijóo está tan cerca como los españoles quieran. Los pactos autonómicos entre PP y VOX están mostrando el trailer de la película distópica en la que se puede convertir este país a partir del mes de agosto. Un país con los posfascistas decidiendo sobre la vida de las mujeres, tutelando sus decisiones, restringiendo los derechos del colectivo trans, poniendo una diana sobre el colectivo LGTBI para que tengan más miedo y menos libertad, para que dejen su mariconería en casa y se comporten en la calle. Las plumas a la colonia de Tefía.

En España, con Feijóo, una chica de 17 años que quiera abortar pero que tenga un padre de VOX tendrá que esperar a que un juez del Opus decida si tiene que tener el hijo. Su decisión no valdrá de nada si ese juez que ha decidido servir a dios a través del trabajo considera que esa mujer tiene que parir. No importa lo que pase luego con el hijo, pero la biblia lo deja claro. No importa que la ley de autonomía del paciente (Ley 41/2002, de 14 de noviembre), diga que a partir de los 16 años el menor es autónomo para decidir. Dios manda, Feijóo le sirve.

En España, con Feijóo, un jubilado que lleve 45 años trabajando y cotizando para tener una pensión decente con un trabajo de mierda que le ha destrozado la espalda no tendrá pensión, tendrá que entregar la vivienda que ha comprado con el trabajo de su vida para mediante el uso de la hipoteca inversa -jamás adquieran este producto- el banco le dé una propina a cambio de su casa con la que vivir que será completado con una pensión estatal mínima. Nunca antes nadie se había atrevido a proponer una descapitalización masiva de la clase trabajadora en beneficio del capital financiero. Feijóo propone ir más lejos que los buitres de la Escuela de Chicago de Pinochet. Un plan perfecto para las elites, quitarle a los pobres lo único que tienen para garantizar que quien más tiene amase mucho más. Un gobierno extractivo.

En España, con Feijóo, una persona con ELA, que no pueda moverse, tragar, que esté alimentado por sonda, que solo pueda comunicarse con los ojos frente a una pantalla y que haya decidido que la vida ya no merece la pena, que no quiere seguir sufriendo, que no quiere hacer sufrir a su familia, que con la lucidez mental intacta haya concluido que lo mejor es dejar este mundo pidiendo la eutanasia tiene que seguir sufriendo hasta que el orden natural y divino decida que ya es su final. Lo único que la España de Feijóo tiene reservado para ese sufrimiento es la sedación paliativa, un tratamiento de punto final cercano a la muerte que elimine dolor en las horas previas a la muerte natural. El sufrimiento garantizado de la doctrina opusina que garantiza que al cielo se llega sufriendo el mismo calvario que tuvo que pasar Jesucristo. Muere sufriendo y el señor te recibirá en sus brazos. La España que dios manda.

En España, con Feijóo, habrá un vicepresidente de extrema derecha si los votos son necesarios para la investidura. Todo el mundo tiene que tener claro que en ningún caso habrá repetición electoral si los posfascistas exigen entrar en el gobierno, y lo harán. En España, con Feijóo, Kiko Méndez Monasterio puede ser ministro de Interior. Un hombre procedente de la Alianza por la Unidad Nacional, un partido hitleriano hermanado con el Partido Nacionaldemócrata de Alemania, que en el pasado utilizó la violencia política contra sus adversarios agrediendo a personas de izquierdas como Pablo Iglesias cuando ambos estudiaban en la Universidad. En la España de Feijóo quien admiraba al líder alemán podrá utilizar a la UIP como si fueran las SA para reprimir a comunistas, putas y maricones. En España, con Feijóo, un falangista orgulloso como Jorge Buxadé, puede ser ministro de Familia y así imponer los preceptos de la sección femenina a las mujeres de nuestro país. Travail, Famille, Patrie, el lema de la Francia colaboracionista de Petain como base fundamental del pensamiento de Buxadé al servicio de las políticas que decidan lo que es una buena mujer española en el gobierno de Feijóo.

No hay una sola línea de esta previsión distópica basada en una fantasía o en un hecho imaginado, todo son propuestas auténticas de Feijóo y circunstancias vitales reales de sus socios de gobierno en autonomías y ayuntamientos. Más que una distopía esto es solo una funesta previsión de lo que ocurrirá si Feijóo consigue ser presidente del gobierno.