Un periodista tiene que tener siempre presente varias claves en la España de hoy. Transcribir entrevistas es muy aburrido, un político nunca te va a responder lo que preguntas en una rueda de prensa y VOX miente por sistema. Con esas tres premisas es posible comenzar a ganarse mal la vida en el periodismo español pero siendo consciente de a qué enfrentarse. El pasado 26 de junio VOX envió una fotografía a los medios con la ceja ensangrentada de la diputada Rocío de Meer denunciando que los antifascistas en Sestao la habían agredido con una piedra.
Si VOX denuncia una situación que buscaba desde que acudió a hacer campaña al País Vasco llevando a todos los diputados, asesores, palanganeros y voceros del partido para poder ser treinta en una plaza lo primero es dudar. Y si no se puede contrastar que lo que dicen es verdad porque no se tienen pruebas al menos no publicar su versión de manera acrítica, porque recordemos de nuevo que VOX siempre miente. Por sistema. Nerea Alzola, diputada de VOX, difundió la versión de que habían agredido a su compañera con una piedra del "tamaño de un huevo" y fue la que trascendió sin que hubiera una sola prueba gráfica de que eso ocurriese.
Con lo que se conoce y las pruebas que existen la heridita de la diputada se la pudo hacer uno de los gorilas que tenía al lado en uno de sus movimientos simiescos, el propio Abascal con sus braceos testosterónicos, una piedra lanzada, un golpe con una cámara al intentar hablar con tanto ruido, o una mala noche vasca. Cualquier cosa. Decir que sufrió una agresión por parte de los que protestaban es simplemente la versión de un partido fascista acostumbrado a mentir. Por mucho que sea posible. Y los medios no tienen que publicar versiones de parte, sino hechos probados.
La estrategia de ir a lugares donde se es residual, prácticamente escoria mineral, para provocar situaciones de conflicto con las que luego ocupar la agenda pública en posición de víctima no la ha inventado VOX. En los últimos años era Ciudadanos el que iba a ciudades donde tenía más votos el partido de las mujeres divorciadas y viudas para que les insultaran y boicotearan los actos y así ganar votos y consolidar electorado en otras regiones donde su nacionalismo español estuviera mejor visto. Pero tampoco ellos inventaron la pólvora. Esa era la táctica Ynestrillas.
En los años 80, cuando Ricardo Sáinz de Ynestrillas era líder del partido neonazi Alianza por la Unidad Nacional acudieron a Rentería a dar un mitin. Llevaron a sus veinte militantes de Madrid pertrechados con banderas y cascos de moto a provocar en un autobús porque allí no tenían ninguno. El acto acabó con enfrentamientos con miembros de Herri Batasuna y la Ertzaintza. No extraña que VOX copie la estrategia de Ynestrillas, el asesor principal de Santiago Abascal, Kiko Méndez Monasterio era miembro de partido neonazi en aquellos años. El discurso y el tono de Ynestrillas en Rentería son calcados al que Abascal utilizó en Sestao e Irún. Una copia.
VOX es un partido marginal en el País Vasco, que solo acude a hacer campaña para crear crispación y enfrentamiento y lograr beneficios en el resto del país con esa táctica de frentismo. El fracaso de la formación de extrema derecha en regiones como el País Vasco, Cataluña o Galicia, donde el falangista tiene como brillante idea de campaña insultar a Castelao, es una garantía de derrota en España. La próxima vez que los posfascistas de VOX sigan la estrategia Ynestrillas y acudan a provocar al País Vasco déjenlos solos con su odio. El silencio les hace más daño que los huevos.