La coalición va a continuar porque nadie puede permitirse que no sea así. Pero las heridas que se están abriendo en el seno del consejo de ministros tarde o temprano serán demasiado sangrantes y la venganza se producirá. No hay vuelta atrás. Se está tomando la matrícula desde Unidas Podemos a muchas actitudes de algunas ministras del PSOE que, de forma sutil, están atizando de manera cobarde para aprovecharse de la situación de acoso a la que están siendo sometidos Pablo Iglesias e Irene Montero en su vida privada.
Margarita Robles hace honor a su condición de ministra bien vista por la extrema derecha. Hasta enfadados le han recordado que la admiran tanto que no comprenden que esté en un gobierno como este. Lo hizo el diputado de Vox Manuel Mestre, un antiguo general que en una comisión le gritó casi enfadado que siguiera con esos socialcomunistas. Es normal la admiración, porque compra todos los argumentos cuando se trata de atizar de forma sibilina al vicepresidente. Siempre con voz calma, pero con unos argumentos cínicos y desleales que tienen que ser enmendados hasta por sus propios compañeros.
Cada vez que Margarita Robles tiene la oportunidad de hablar utiliza los argumentos de la extrema derecha para, de forma taimaz y ladina, hacer todo lo posible para romper una coalición que le molesta profundamente. Robles estaría muy cómoda con Ciudadanos, su compromiso con la izquierda es relativo, coyuntural, y hace todo lo posible para romper la confianza entre socios de Gobierno y hacer insostenible la situación. La ministra de Defensa no fue capaz de condenar el acoso sistemático al vicepresidente de su gobierno sin añadir el 'pero' del jarabe democrático. El mismo argumento que la derecha y los ultras están utilizando para evitar condenar la situación de acoso a Iglesias y Montero y su familia. Si Robles ve una grieta donde hacer cuña para romper la coalición ahí estará, dispuesta a quebrar a Unidas Podemos.
No es la única. Carmen Calvo aprovechó su visita a París para honrar a una víctima de Mauthausen y a la Nueve para pedir a Pablo Iglesias que comparezca porque la transparencia siempre es buena. No desaprovecha la vicepresidenta ninguna oportunidad para pasar factura a Podemos por haber perdido Igualdad, no va a parar hasta recuperarlo y mientras tanto seguirá utilizando los micrófonos para atacar a sus compañeros de coalición. Pero cuando Carmen Calvo tiene razón es preciso dársela. La transparencia siempre es buena. Pablo Iglesias debería comparecer. Pero sorprende de repente que a Carmen Calvo le parezca la transparencia un valor después de haberse apoyado en PP y Vox para evitar comparecer a petición de ERC para dar cuentas del papel del Gobierno, y del suyo, en la huida del rey emérito a Emiratos Árabes Unidos. La transparencia siempre es buena si la ejerce tu enemigo, porque no lo olvidemos, para Carmen Calvo y Margarita Robles el enemigo es Pablo Iglesias. Aunque lo tengan en casa. Son las quintacolumnistas de Isidoro en el Gobierno.