Ayuso está nerviosa. Le saca de quicio que los chanchullos de su familias estén en el centro del debate público. Una señora que vive de un discurso en el que el mérito es el centro no puede soportar que nos enteremos que todo lo que tiene ella, su familia y sus allegados es por enchufe, relaciones personales y nepotismo. Es lo contrario de lo que pregona y no soporta que lo digamos, lo expongamos y los hechos la dejen apretando fuerte los labios para disimular con poca suerte la rabia y la ira que le produce que aquellos a los que tanto odia le pongamos en su sitio cada vez que su novio, su hermano, su madre o su padre se ven envueltos en algún chanchullo con los que los Ayuso han fraguado su posición social.

La imagen que los medios palanganeros a los que Miguel Ángel Rodríguez han querido crear de Isabel Díaz Ayuso como líder insuperable y todopoderosa es solo una ficción que tiene como objetivo que la izquierda se crea que Madrid es un fortín inexpugnable. Pero cuando rascas un poco se ve que Ayuso es la líder menos fuerte que ha tenido el PP en Madrid y que se sustenta sobre unos frágiles hilos que pueden reventar en cualquier momento. Ayuso es débil, muy débil, por eso siempre sale al ataque cuando se encuentra acorralada y es incapaz de disimular que está a punto de estallar. Es una líder frágil que solo sigue donde está porque tiene a su lado a un tipo mentiroso, sin escrúpulos y con mucho dinero para repartir que crea un dique a su alrededor que evita que se quiebre a la mínima coyuntura que la perturbe.

Alberto González Amador, el tipo que tiene un abogado que va reconociendo que ha cometido dos delitos fiscales es su punto débil, por eso hay que incidir hasta que no lo soporte más. Los chanchullos de su novio son su quironita, la piedra que va a acabar con esa fingida fortaleza que solo puede creerse quien no mire a la cara de Lady Quirón cada vez que habla. Ayer se inventó que un cámara de laSexta agredió a su pobre y desvalida pareja y que llegó al ático que está a nombre de una sociedad de su abogado donde vive con la lideresa con un leve dolor de cabeza. Pobre ciudadano particular, que no le pone escolta el ministerio del Interior para que no se dé golpes en esa bella testa.

Ayuso lo va a pasar mal. Va a seguir pasándolo mal. El consorte de la quironesa compró por 500.000 euros una empresa de la mujer del empresario de Quirón que le da trabajo y que recibe sustanciosos contratos de la administración de Ayuso. Una empresa dedicada a la estética que tenía como único capital un portatil del año 2013 y dos maquinas de depilar usadas a la que cambió el objeto social en cuanto la compró. Es obvio deducir que esa empresa no valía 500.000 euros y que tenía como único objetivo dar una prebenda a cambio de algo recibido. Los indicios son aplastantes de que el proceder del novio de Ayuso tiene indicios delictivos. Por eso de que los indicios son aplastantes tengo pocas esperanzas en que la Audiencia Provincial de Madrid deje a la jueza investigarlo, porque si la deja hay poco margen para que no sea condenado. La corte no lo va a permitir, de la suerte de Ayuso depende el bienestar económico de los grandes nombres y familias de Madrid. Es la protectora del botín de la burguesía madrileña y no van a permitir que caiga.

Los enemigos son muchos y poderosos. Madrid es un Estado dentro del Estado que opera con normas al margen que facilitan el bienestar de los poderosos. Aunque sea perdiendo merece la pena ver torcer el gesto a Isabel Díaz Ayuso. Ponerla nerviosa y demostrarle que ni con todo el poder puede acabar con la libertad de aquellos que creemos que lo único que merece es una parte del sufrimiento que está provocando a las familias de los 7291 ancianos que dejó morir con dolor y miedo.