Socimis y fondos lo califican como el Armagedón. Las siete plagas bíblicas caerán sobre el mercado de alquiler español y la maldición consiguiente oscurecerá el futuro económico de la nación durante siglos. Lo mismo tienen razón, pero hay que confiar en un intento, el primero, por incorporar a los jóvenes a la sociedad. Darles una esperanza y aflojar uno de los muchos nudos que llevan al cuello, junto al de la precariedad laboral o la falta de oportunidades.
Con un alquiler más llevadero tal vez puedan pensar en continuar en su ciudad, región o país. Tal vez puedan contemplar la posibilidad de lanzarse a ese lujo asiático que es la paternidad. Limitar el precio del alquiler es de todas formas, una medida coja y limitada si no se toman otras, como favorecer la salida al mercado de alquiler de viviendas a través de ayudas a propietarios u ofertar más vivienda pública en alquiler. Hemos visto al Gobierno dar un paso. Ahora falta el resto de la coreografía.