Suenan los teléfonos. Llevan meses sonando. De gerifaltes, de sus intermediarios... Se mueven para que nada se mueva. Y lo que más les conmueve es su cartera. Dirán que es todo por la patria, pero es, sobre todo, por su patrimonio. Hay una coalición de gobierno que promete tocarles el bolsillo: impuestos, salarios, privatizaciones, regulación... Puede ser mucho dinero. Por eso, dicen que hay movida porque se rompe España, pero lo que más les remueve es que pueden romperles la hucha.
Hay otra puja que agita el mercado estos días. Es la competencia por el liderazgo de la derecha. Insultos, gritos, aspavientos y demás recursos para llamar la atención han agitado el Congreso. La oferta de salida de Vox ya venía fuerte. Hubo llamamiento en redes hasta para que intervenga el ejército. Es una apuesta al alza (miento), frente a la que Pablo Casado ha endurecido la estrategia. Piensa que los de Abascal no pueden quitarle la clientela, como ya le ocurrió a Ciudadanos. Así que el líder del PP ha relacionado al gobierno en ciernes con "ETA" o las "narcodictaduras". En dos minutos, Casado descalificó tanto a Sánchez que a Abascal solo le quedó decir que hablaba en nombre de "la España que madruga". Y ya sabemos que Aguirre siempre tuvo ojo para los currantes.
Hasta llegar a este fin de semana, creíamos que el jinete era Abascal, pero Pablo Casado ha prometido, literalmente, "derribar con un lazo a Sánchez para frenar a este gobierno, que va en un caballo que es España". Como si fuera una de indios y vaqueros. Nos hemos adentrado en una concepción de la política al más puro estilo de las películas del Oeste americano. Y no hay que ir tan lejos. En España hay gentes de izquierdas, de derechas, de extrema derecha, comunistas e independentistas, pero no veo en la calle el mal rollo escenificado estos días en el Congreso. Ya que les pagamos, aunque fueran actores malos, sería bueno que no contagiaran al personal tanto encabronamiento.
No es normal que, hoy en día, pasemos más tiempo tirándonos los trastos a la cabeza con ETA, Cataluña, Venezuela y la España que se rompe, que hablando de los españoles que se rompen la cabeza por llegar a fin de mes. De la gente que cobra 800 euros y comparte piso por 400, con 30 años, sin saber qué será de ellos el mes que viene, se ha debatido poco o nada. Hay un programa de gobierno y sería bueno debatir sobre la capacidad de cumplirlo y las posibles alternativas. Si tan mal les parecen las medidas, céntrense en cuestionarlas y no pierdan el tiempo en gritos, insultos y teatralizaciones. Y si tan peligrosos les parecen los partidos que las apoyan, aún pueden cambiarlo con sus votos.
Es el Día de Reyes. De jugar con lo que han traído, de compartir o de envidiar lo que le trajeron al otro. De proponerse ser mejor para que te traigan más cosas al año que viene o de quitarle o romperle los juguetes al vecino. Hay quien habrá soñado con que les traían carbón y más de uno con algún tamayazo. Paz y amor. Estad tranquilos. Recordad que el obispo Cañizares ha pedido "rezar por España hasta que no se aclare este futuro incierto". Monseñor dice que se trata de "orar por una verdadera emergencia". Y ya sabemos que es por la patria, no es por la pasta, porque el dinero corrompe a los buenos seres humanos.