Actualmente, y desde hace ya más de diez años, la recomendación oficial para prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante es dormir boca arriba. Desde que se universalizó esta medida, la incidencia de muertes entre los 0 y los 6 meses ha disminuido en más de un 50%. Sin embargo, también ha limitado el tiempo que el niño pasa en otras posiciones.
Hoy en día, muchos bebés pasan buena parte del día boca arriba, aunque no estén durmiendo. Esto ha tenido como consecuencia un aumento de los casos de plagiocefalia (deformidad de la parte posterior de cabeza por apoyo) y tortícolis, además de retraso de las adquisiciones de su desarrollo motor.
Por ello debemos, aprovechar los momentos en los que el bebé esté despierto para jugar, para jugar boca abajo, sentadito o en nuestro brazos, pero no tumbado boca arriba. Aunque los pediatras insistimos mucho en esta medida en las revisiones de salud, a muchos padres les parece que no es una actividad necesaria e importante.
Jugar libremente boca abajo siempre y cuando el bebé este vigilado y en otras posiciones, favorece la aparición de patrones motores como el volteo (darse la vuelta por sí mismo), el arrastre o el gateo. A los niños se les coloca con frecuencia boca arriba, sentado, pero ¿por qué nos cuenta tanto poner a nuestros niños boca abajo?
La mayor parte de las veces porque muchos niños lloran, están incómodos cuando les colocamos en esta posición y los padres al final se desaniman. Piensan que no lo hacen bien o que es muy cansado para el niño.
Además existen muchos juguetes y herramientas en el mercado que favorecen el juego tumbado boca arriba, como son las hamacas, sillas y mantas con arcos de juego. Pero ¿cómo podemos jugar con el bebé boca abajo sin que llore?
Desde el nacimiento hasta los tres meses
En esta primera etapa, los niños han de aprender a levantar la cabeza, para ello, pon a tu bebé sobre tu pecho abrazando su cuerpo con tus manos, mientras lo animas a que levante la cabecita. Así tu bebé desarrollará mejor el control de la cabeza, lo que llamamos sostén cefálico, y fortalecerá la espalda, los hombros, los brazos y la nuca.
También podemos colocar una toalla enrollada debajo de su pecho dejando las manitas en contacto con el suelo.
Le enseñaremos objetos atractivos como sonajeros, espejos, luces y, por supuesto, la cara y la voz de sus papás. Al final de esta etapa, el niño debe poder levantar la cabeza, apoyándose en los antebrazos. Hay que tener en cuenta que al principio solo aguantan unos segundos; luego, va aumentando de forma progresiva y es necesario practicarlo varias veces al día. También os digo que si el niño se pone a llorar como un loco, tampoco tiene mucho sentido continuar ¿verdad? Lo cogemos en bracitos, lo consolamos y ya seguiremos practicando más adelante.
Desde los tres hasta los seis meses
En esta etapa los músculos del cuello, los de la espalda y los abdominales se hacen cada vez más fuertes y permiten al bebé pasar del apoyo sobre los antebrazos al apoyo sobre las manos, con los brazos extendidos. Podemos ofrecerle objetos en el suelo, pero más alejados, para que intente alcanzarlos estirando sus brazos.
A medida que el niño vaya adquiriendo más control y el enderezamiento sea mejor, le ofreceremos los objetos en el aire, para que intente alcanzarlos levantando un brazo y llevando todo su peso sobre la mano contraria. Este tipo de ejercicios preparan a nuestro bebé para darse la vuelta, lo que llamamos 'volteo'.
Desde los seis meses a los nueve meses
Ahora ha desarrollado más fuerza tanto en la parte superior como en la parte inferior del cuerpo. Ya es capaz de darse la vuelta y es un buen momento para jugar con él haciendo el "avión", sujetándolo únicamente por las caderas o la cintura, pero despacito, que he visto "niños avión" que vuelan más alto que los de Iberia. Estos juegos ayudarán a tu bebé a desarrollar la fuerza en todo el cuerpo y lo prepara para gatear y explorar el mundo que le rodea.
Es al final de esta etapa, en torno a los nueve meses, cuando el bebé empezará a arrastrarse y a gatear, teniendo siempre presente que hay un pequeño porcentaje de niños que no gatean y pasarán a caminar directamente sin presentar ningún problema en su neurodesarrollo.
Así que, como dicen muchos de mis colegas, con tu bebé: "Dormir boca arriba, jugar boca abajo y el resto del tiempo en brazos".
Hasta la próxima.