Septiembre es, junto con la vuelta al colegio y al trabajo, el mes por excelencia de las dietas. Queremos perder los kilos que hemos cogido durante nuestras vacaciones donde el descanso se ha alternado con comidas, bebidas y menos actividad física. Una desconexión con la rutina y, muchas veces, con los hábitos saludables.
Es un mes que se presenta como el caldo de cultivo perfecto para que aparezcan nuevas dietas milagro que nos prometen adelgazar, por poner un ejemplo, 5 kilos en pocos días. Una semana, un par de días, etc. Cada una tiene su promesa. Y también es el mes donde más productos (presuntamente) adelgazantes se venden. Por eso no es de extrañar que este mes se presente con novedades en este territorio. ¿Lo último? Chicles “reductores”
Chicles reductores: legales pero ineficaces
Ha sido un boom que ha corrido como la pólvora en redes sociales y en el boca a boca. Una conocidísima cadena de supermercados ha lanzado unos chicles que, según se puede entender cuando lees y ves el paquete, sirven para adelgazar y que, al parecer, se está convirtiendo en un éxito de ventas.
En principio la promesa es muy jugosa: adelgazar mientras masticas chicle. ¿Funcionan? No, en absoluto. ¿Ayudan? Lo dudo, no se sustenta su acción en ningún estudio que haya comprobado que lo haga. ¿Son ilegales? Técnicamente no. Aunque no sirve para perder peso, no es ilegal venderlos como tal.
Lo primero es que, siendo muy puritanos, no dicen literalmente que adelgacen. En el paquete solo pone “reductor”, sin especificar qué reduce. Aunque esta denominación se acompaña con una imagen de lo que parece un vientre y unas flechas que indican que se reduce o disminuye la circunferencia de la tripa.
Además, para tener bien atado el pack en caso de que viniera una denuncia, abajo se apoyan en dos alegaciones: el chicle contiene zinc y probióticos. He aquí la clave. Según la legislación de alegaciones de salud de alimentos sí se reconoce al zinc como un mineral que contribuye al metabolismo de las grasas. Pero eso no significa que adelgace, significa que el zinc es necesario para su metabolismo. Pero si ese metabolismo, en concreto el catabolismo (“quemar” las grasas para generar energía) no se estimula de alguna manera, por mucho zinc que comas, no vas a notar ningún efecto. Pero es aquí donde se apoya la empresa para poder sugerirnos que adelgaza (recordemos que sin decir como tal esto último)
También nos indica que tiene probióticos. Pero como si nos los tuviera, ya que ni la ley, ni la evidencia científica reconoce que haya ningún probiótico hoy en día que estimule la pérdida de peso o de tejido graso corporal. De hecho, la Unión Europea, en concreto la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, ha recibido muchas peticiones para que se le reconozca a los probióticos alegaciones de salud, de las cuales ninguna ha sido aprobada por falta de evidencia.
¿Pasa algo si consumo los chicles reductores?
Nada más allá que con otro chicle normal. Si es verdad que vienen edulcorados con sorbitol, el mismo que utilizan la gran mayoría de chicles sin azúcar, y que, en grandes dosis, puede generar diarreas a la persona que se obsesione por comer estos chicles para tratar de perder peso.
Además, recordemos que también hay estudios que han relacionado el consumo excesivo de chicles con otros problemas como gastritis, ya que, estamos masticando y tragando saliva. Algo que el cuerpo recibe como una señal de que hemos comido, segregamos ácidos del estómago y, al no haber alimentos, acaba por atacar a las propias células de la pared interna del estómago, pudiendo llegar a generar a largo plazo una úlcera.
Por otro lado también se relaciona con el aumento de gases, meteorismos e hinchazón abdominal, ya que puede favorecer que traguemos aire con todas las molestias que ello conlleva.
En definitiva, un chicle más, que podemos tomar sin mayor pretensión que disfrutar de comerlo, pero sin esperar ningún efecto mágico sobre nuestro peso ni nuestro tejido adiposo. Pero lanzado en una fecha muy acertada ya que ahora todos estamos sensibles con el tema.