Estrenar año parece que nos da una excusa para hacer balance de nuestra vida y marcarnos metas para cambiar aquello que creemos que necesitamos mejorar. Y aunque los propósitos de año nuevo abarcan muchas esferas de la vida, parece que la alimentación y nuestra salud relacionada con la dieta es uno de los más frecuentes en estas fechas.
No solo por el análisis de la alimentación que hemos hecho durante el año anterior, si no también porque se acaban de vivir una de las épocas del año donde más excesos y más seguidos se hacen. Cuatro grandes comidas en poco más de 7 días. Comidas que, según los estudios al respecto, se calcula un aumento de peso de medio kilo, de media, por cada comida o cena navideña.
En total: entre dos kilos y medio y cinco kilos, de media, aumentara de peso cada español al finalizar estas fechas. A pesar de la inflación y el ya muy pronunciado aumento de los precios de los alimentos. Kilos que son consecuencia de excesos de azúcar, alcohol, grasas y sal. Porque siendo sinceros, estos días las verduras, las frutas o las legumbres no ha sido lo que más ha abundado en las mesas.
Sea por lo que sea, enero es el mes de los nuevos propósitos. Y junto con dejar de fumar o ir más al gimnasio (o, al menos, hacer más ejercicio físico), comer mejor es uno de los objetivos que más se repiten.
Pero una cosa es proponérselo, y otra muy diferente lograr lo que nos proponemos. Según un estudio de la Universidad de Scraton, en Pensilvania, nueve de cada diez personas fracasan en sus propósitos de año nuevo. Fundamentalmente, según los investigadores, porque se plantean de forma vaga, sin definir un tiempo para lograrlo, ni un proceso o método concreto para llegar a cumplirlos.
Y no tardamos mucho en darnos por vencidos. En este estudio, el 25% de los participantes no lograron mantener sus objetivos más allá de la primera semana de enero; un 77% (es decir, la gran mayoría), abandonó después de la segunda semana, y un 40% de los restantes no llegó ni a los 6 meses. Que visto lo visto, ya es tiempo para lo poco que conseguimos nuestras metas saludables...
Por ello, aparte de que este mes es el peor para proponerse cambiar toda nuestra vida de arriba abajo, porque venimos de una semana donde hemos trastocado todos nuestros biorritmos, no solo de comida, sino también de sueño y de actividades del día a día, por lo que cualquier cambio más allá de nuestras rutinas va a suponer un extra de esfuerzo, los expertos nos avisan de que antes de plantearnos nada, debemos saber cómo planteárnoslo.
Los objetivos deben contener una clave fundamental: las metas de año nuevo deben ser realistas y fáciles de cumplir. Si se trata de comer mejor, empieza por ir incluyendo poco a poco grupos de alimentos que normalmente no comer, o comes poco. Una ración más de legumbres a la semana, otra semana, verdura en las cenas, otra semana el pan integral, etc. Y si se trata de perder peso, intenta marcarte un objetivo de medio kilo a la semana. Que parece poco, pero son 2 kilos al mes. Y si piensas en verano, a ese ritmo, en junio, haciendo cuentas, son 12 kilos. Una cifra nada desdeñable.
Si las tasas de obesidad no paran de aumentar en la población española, y se estima que cada enero más de 7 millones de españoles se ponen "a dieta", algo no debemos estar haciendo bien. Este año, plantéatelo de otra manera.