Estoy viviendo semanas muy intensas y emocionantes. Van demasiado rápido y quizás no me da tiempo ni a disfrutar lo que está pasando. Pero hoy estoy frente a esta página en blanco para compartir mi sentimiento ante este 8M del que todos y todas quieren apropiarse. ¿Acaso eso está mal? No lo creo, lo que está mal es que cada cual le ponga su etiqueta o lo use de arma arrojadiza (normalmente ideológica) para enfrentarnos. Porque, ¿sabéis a quién perjudica esto realmente? A nosotras, las mujeres.
Acabo de terminar de revisar las correcciones de mi libro que me ha mandado Daniel y he aprovechado para agradecerle las palabras que me dedica. Me decía entre otras cosas esto: "pues el libro me ha gustado mucho, sobre todo por esa técnica como de collage literario que has utilizado, y por la facilidad y cercanía con las que transmites tanto las problemáticas como las emociones, sin necesidad de acudir (como erróneamente cree mucha gente) a palabras más o menos cultas".
Gracias Daniel. De corazón. Porque esto mismo pienso hoy del feminismo. El feminismo tiene tres siglos de historia, el feminismo tiene sus principios teóricos y es una lucha social y política. Por supuesto que sí. El feminismo es 'El Segundo sexo' de Simone de Beauvoir. El feminismo es María Zambrano y Clara Campoamor. El feminismo es Silvia Federici y su bandera del trabajo reproductivo. El feminismo es el 'Neoliberalismo sexual' de Ana de Miguel, la 'Mística de la Feminidad' de Friedman, 'El Poder' de Mary Beard, 'La voz sola' de Ana María Martínez Sagi o la ruptura de estereotipos de Nuria Valera. El feminismo es conocer la historia de tantas mujeres que nos han permitido hoy votar desde la primera manifestación sufragista en 1921.
Pero el feminismo también es decir a las mujeres que no lo entienden por qué son feministas, aunque no lo sepan, con palabras cercanas, con palabras de la vida de todas. El feminismo también es levantar la voz cada día como si fuera 8M. El feminismo es levantar la mano y sentarte en la mesa de decisiones, aunque seas la única mujer. El feminismo también es luchar por tus derechos en tu empresa y no querer renunciar. El feminismo también es dar la mano a la que sufre la desigualdad, el maltrato machista o la brecha salarial. El feminismo es hacer propia la discriminación que sufre la mujer que tienes al lado. El feminismo es revolverte, revisar tu lenguaje machista, es despertar a una igualdad que creíste real y era un simple espejismo. El feminismo es ponerte las gafas violetas con humildad, con compasión, con sororidad. El feminismo es acompañar y enseñar a la persona que tienes al lado el camino, sea hombre o mujer. El feminismo es NO dar la espalda a otras mujeres porque según tú, no tienen ni idea de lo que es el feminismo, están desvirtuando su significado y no han leído lo suficiente.
El feminismo comienza en la calle y termina en la casa de cada una de nosotras, donde empieza la verdadera revolución el día que dices: "hasta aquí", ahora voy a empezar a vivir, a sentir y a luchar primero por mí, pero para que esto sea una cadena de feminismo que impacte en todas las mujeres, las de arriba, las del suelo pegajoso, las que no tienen recursos, las que son catedráticas y las que no han leído ni un solo libro feminista en su vida. Ellas también son feministas.
El feminismo se vive en el día a día y se aleja de las campañas de marketing. El feminismo se demuestra en tus actos. El feminismo va de TODAS. Y hasta que nosotras no nos enteremos de esto, no conseguiremos la verdadera igualdad.
Y no, tú no eres más feminista que yo porque yo comenzara a leer a estas grandes mujeres con veintitantos años, me despertara al feminismo por la maternidad y sienta que el verdadero cambio se produce cuando una mujer como Irene me dice "me salvaste la vida" la noche que me escribió un mensaje por Instagram para decirme que le estaban maltratando y necesitaba salir de ahí.
Soy feminista. Eres feminista. Todas somos feministas.