El pin parental está monopolizando el debate político. Vox ha sido el encargado de colarlo encima de la mesa. El resto de partidos, se han sentado a comer en función del rédito político que puedan obtener del asunto. Un pin pan pun entre PSOE PP CS y Vox. Para sorpresa y enfado de los profesionales de la educación. ¡Con la cantidad de problemas que hay que resolver!, dicen. Y con razón. Los que educan a los niños y niñas mantienen que es una polémica política y no del sector de la educación.
Este asunto ha vuelto a generar división en el PP. De nuevo Vox generando grietas en las filas populares. Importantes dirigentes populares no entienden por qué el propio Pablo Casado o Teodoro García-Egea entran al trapo de un asunto que ni les va ni les viene y que ni es un problema ni genera inquietud entre los padres y madres. Ambos líderes lo han defendido fervientemente después de que Vox lo metiera en la agenda.
Lo llamativo es que hoy, Isabel Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid, ha reconocido que no hay adoctrinamiento en Madrid, que no existen quejas de las familias y que se niega a implantarlo. Incluso el Presidente de Murcia, Fernando López Miras, comunidad en la que nació la polémica, ha entrado hoy en contradicciones. Primero diciendo que no le constan denuncias en los centros educativos de la región para a renglón seguido declarar que el pin parental funciona en Murcia desde septiembre. Lo ha defendido a capa y espada, llegando a decir incluso que él lo llevaba en su programa electoral.
Vox le pisa los talones en Murcia al PP. Allí gobiernan los populares pero el partido de Santiago Abascal ganó allí las elecciones generales de noviembre. En las filas populares hay dirigentes que piden sosiego a sus líderes. Que no devuelvan la pelota cada vez que les llega. Que la dejen votar, que reflexionen, piensen y tracen una estrategia sobre el modelo de sociedad que quiere el PP. Olvidándose de que Vox existe. Pero no pueden. En Génova hay quien piensa que hay demasiado miedo a Vox.
El asunto del veto parental también ha descolocado a Cs. Dicen que no lo defienden. Que no lo aceptan. Que se niegan a comprar el marco mental a Vox. No quieren caer en su trampa, aseguran. Inés Arrimadas afirma con rotundidad que ellos no lo han firmado en ninguno de los acuerdos de las Comunidades en las que gobiernan. Pero Vox dice todo lo contrario. Y se agarran, por ejemplo, al punto 19 del acuerdo presupuestario de Murcia, firmado entre PP, Vox y CS. En él se dice: "Se procederá a impulsar la igualdad de oportunidades en el sistema educativo que permita a las familias educar a sus hijos en libertad, mediante el establecimiento de una autorización expresa de las familias para la participación de sus hijos en actividades complementarias".
El texto habla claramente de establecer una autorización expresa pero Ciudadanos no se ha enterado o no se quiere enterar. Lo peor está por venir. Vamos a seguir hablando mucho del dichoso veto parental. La formación de extrema derecha ya ha dicho que lo exigirá para aprobar los presupuestos de la Comunidad de Madrid. El pin pan pun seguirá.
Veremos de nuevo las dos almas del PP. Veremos a un Cs nadando en la ambigüedad. A un Vox marcando la agenda de sus rivales. Y a un Gobierno de coalición aprovechándose de la pelea en la derecha. Mientras tanto, no hablamos de lo realmente importante. Del fracaso escolar, de la educación emocional, del pacto de educación. ¿Para qué? No vaya a ser que nuestros políticos y políticas tengan que pensar, dialogar y acordar. Se acabaría entonces el pin pan pun. Y a algunos les viene fenomenal.