Los misiles nucleares se alinean para destrozar Europa. Pero eso da igual, por aquí seguimos adormecidos con la disputa televisiva entre Motos y Broncano. Ya lo decía Pío Baroja, que este país no tiene arreglo y razón no le faltaba al hombre.
La cosa viene de antiguo, pero, por citar una época que nos pilla cerca, volvamos la vista hasta hace bien poco, cuando la hegemonía del PSOE se vio amenazada; mediados de los 90. Qué curioso resulta que sea entonces cuando se empiece a revisar nuestra Guerra Civil y no antes, es decir, cuando el PSOE se hizo con la mayoría absoluta. Desde aquella gloriosa noche de octubre del 82, no se movió lo más mínimo por mirar hacia las cunetas y, mucho menos aún, por desenterrar el imaginario de la derrota. Las banderas republicanas se quedaron en el fondo del armario con las chaquetas de pana y las pegatinas de OTAN NO.
Sólo cuando empezó la alarma y el otro partido dinástico, es decir, la otra derecha -representada por el PP- llegó a las instituciones, sólo entonces, fue cuando la Guerra Civil tuvo su revisión. En lo que toca a la superestructura, es con la victoria del PP cuando se empiezan a recuperar a autores que, hasta ese momento, habían estado en el fondo del armario envueltos en la pana del olvido. Uno de los autores a rescatar va a ser Max Aub. Esto lo cuenta muy bien Rafael Chirbes en su libro titulado Por cuenta propia (Anagrama), una recopilación de piezas de combate escritas desde la óptica marxista.
Puestos a añadir, hay que recordar que la recuperación de Max Aub vino de la mano de mi querido Antonio Muñoz Molina en su discurso de ingreso en la RAE, año 1996, si mal no recuerdo, cuando el PP acababa de ganar las elecciones. El polanquismo, que tenía comprada la superestructura y con ello a la RAE -hoy todavía quedan rescoldos- facilitó la venta de la Guerra Civil y de las cunetas, convirtiendo la derrota en mercancía. Esto son cosas que uno aprende leyendo a Chirbes, un tipo lúcido, de espíritu galdosiano; un disidente que será siempre recordado como una de las plumas más críticas contra los mercaderes de la cultura.
Por todo ello, cuando desde el PSOE se habla de Guerra Civil o de cunetas, hay que volver la vista atrás y saber que, cuando gobernaron con mayoría absoluta, no sacaron a la luz estos temas. Entonces se hablaba de que España era un país en el que cualquiera se podía enriquecer de la noche a la mañana, según dijo un grosero ministro de cuyo nombre no guardo memoria. Por eso, si lo hacen ahora, si rescatan del olvido la Guerra Civil y miran las cunetas, es por mercadear con fines electorales, no por otra cosa.
Leyendo a Chirbes aprendemos que toda crítica que se haga al PSOE desde la izquierda es legítima pues no tiene el mismo origen, ni el mismo desarrollo, ni la misma finalidad que una crítica que se le haga al PSOE desde la otra derecha, es decir, desde el PP. Porque Franco lo dejó todo "atado y bien atado", el bipartidismo fue su nudo corredizo. Y lo demás es mercancía.